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apoyan n los re
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mentas, rituales
y
prácticas de la misma maso–
neria. Hacen mil protestas, es cierto, los iníciados en esa sociedad
de que en ella nada hay contrario al catolicismo,
y
no dudamos que
así lo hacen creer
á
sus adeptos que no han l1egado todavia
á
los
supremos grados, en los cuales se revelan los secretos misterios de
esa sociedad. Pero, por poco advertidos que sean los iniciados,
fácil les seria advertir las tendencias de ella misma hácia la destruc–
cion del catolieismo. Se crea altar contra altar, un ritual de ora–
riones que no es aprobado por la Iglesia católica, un rito de funera–
les masonicos distinto del rito catolico-romano;
y
aun en uno de los
últimos reglamentos que se han publicado en Lima, en que se
«
dice
que
la Religion de la masonería es la católica_, apostolica, romana,
se añade, pero
se admite la libertad de cultos,
y se autoriza á sus
alumnos para que profesen libremente su religion. Y con esto, al
paso que se quebranta la CoDstitucion política del Estado, en cuyo
articulo IV se establece, que
<<
la Religion del Estado es la cato–
lica, apostolica, romana, sin permitir otro culto público,
»
se
sanciona
la libertad religwsa de cultos,
esencialmente opuesta
a~
al Evangelio, en
q~e
Jesucristo nos dice que
el que no está con él;
contra él está;
que no hay ni puede haber otra profesion religiosa,
que la que él nos ha enseñado ; y que el que no obedece
á
la Iglesia
fundada por él, debe ser tenido como gentil
y
publicano.
Hoy dia se han ya revelado los secretos y misterios de la masone–
ria : se halla ya en manos de todos el opúsculo, que acaba de reim–
primirse en Santiago de Chile- la
Historia, doctrina
y
fin
ú
objeto
de la franc-masonería, escrita por un franc-mason que no lo es mas,
dedicada á las gentes honradas.
Este autor francés contemporaneo,
que estubo largo tiempo observando, leyendo y escuchando los dis–
cursos de los jefes de las logias, los reglamentos y rituales de esa
sodedad, ha puesto de
~anifiesto,
con sus alegatos fehacientes, que
la masonería es contraria al cristianismo
y
destructora del Catoli–
cismo y de toda autoridad establ ecida. No exagera1nos: leásele con
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