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sueltos;
y
daba esta razon, que indjca el precepto divino :
«
Por–
o
que (deeia) asi como los penitentes,
á
quienes no se les ha ab–
»
suelto, no pueden recibir los demas Sacramentos, tampoco se
»
les debe dar antes la Extremauncion, que es tambien
un
Sa~
»
cramento
(1).
>>
.Esta disciplina, apoyada por los sagrados Canones, era exacta–
mente observada en toda la Iglesia Catolica : nadie se atrevía
á
acer–
carse
á
la sagrada Comunion y
á
los demas Sacramentos, hallandose
con la conciencia manchada de culpa grave, sin que precediera la
confesion sacramental : en el articulo de la muerte todos, aun los
san.tos, se preparaban para el terrible transito del mundo
á
la eter–
nidad con una dolorosa
y
diligente acusacion de sus culpas para
merecer la absolucion sacerdotal de todas ellas, como garantía de
que con aquella quedaban tambien absueltas en el cielf). En con–
firmacion de esto es digno de ser reproducido aquí el ejemplo que
nos dieron los siete Santos hermanos Clemente, Primo, Leso, Tea–
doro, Gaudente, Quiriaco
é
Inocencío, cuya vida se dignó escribir
San Gregario Turonense en el siglo v1. Estos siete Santos eran pri–
mos hermanos de San Martín Obispo de Tours., habían vendido sus
ricas posesiones y habian dado su precio
á
los pobres : dó quiera
se
presentaban~
se dedicaban
á
la práctica de la penitencia
y
á
las
obras de caridad, por manera que tenidos por profetas, con sus
virtudes y predicacion conseguían la conversion ele innumerables
pecadores. Llegados
á
la ciudad de Tours, cuya Iglesia regia
á
la
sazon su ilustre primo hermano, San Martín, este los recibió con
indecible cariño,
y
con su doctrina
y
ejemplo, y con la frecuencia
. de los santos Sacramentos los elevó
á
un grado mas eminente de
santidad;
á
dos de ellos los sublimó á la dignidad del sacerdocio, y
á
los demas los ordenó de diaconas
y
subdiaconos. Conocedor .San
Martin por revelacion de la proximidad de su muerte, acaecida el
(i)Ibid.,
n.
H.