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de la penitencia, enseñada por San

Pedro~

la confesion secreta al

Sacerdote de los pecados mas graves

y

mas leves, á cuyo juicio

está reservado el designar la eantidad y cualidad de la

penitencia~

tenemos la potestad sacerdotal y el derecho

~e

absolver

de los peca–

dos á los penitentes contritos y el conocimiento de las disposiciones

para merecerla, mediante el cumplimiento de la satisfaccion pre–

via : tenemos en fin todas las partes · constituyentes de este santo

sacramento con ministro.

El Jefe de la Iglesia catolica, á quien Jesucristo babia confiado

el deposito de la fe con el encargo de confirmar en ella

á

sus her–

manos, ha velado incesantemente sobre la conservacion del pre–

cioso dogma de la Confesion. Cuando en el año de 428 los obispos

de Viena y Narbona, poseidos de

u~

celo e_stremadamente rígido

cerraban esta puerta de sal vacion á los pecadores criminales, que

aguardaban la última hora de la muerte para convertirse á Dios

por ruedio de la recepcion de este santo sacramento de ]a Peni..

tencia, el Pontífice San Celestino les dirigía una Epístola, llena de

celo yerudicion, en que les probaba con la autoridad de las Santas

Escrituras, que el Hombre-Dios dejó en su Iglesia esta tabla de

salvacion para todo naufrago, que por su misericordia y mediante

su gracia omnipotente implorase su virtud y se amparase en ella,

y concluía con estas expresivas palabras : «Como pues el Señor

»

sea el escrutador de las disposiciones del corazon humano; en

>>

ningun tiempo se debe negar la administracion dé la Penitencia

»

al pecador que la pide, cuando este se obliga

á

obedecer al juez

»

(el Sacerdote

confesor)~

AL CtTAL LE REVELA TODOS SUS PECADOS

J>

OCULTOS

(1).

»

" remittendum Romanre Ecclesire consuetudo demonstrat. Cmterum de pondere

»

::estimando delictorum, Sacerdotis est judicare, ut attendat ad confessionem pami–

»

tentis, et acl fletus atque lacrymas corrigentis, ac tumjubere dimissi, cum viderit

u

congruam satisfactionem suam. Vel si quis mgritudinem incurrerit, atquc usque

,, desperationem devenerit, ei est ante tempus Pasch1e relaxandum, ne de sreculo

»

absq:ue communione discellat.

E:pist.

2o.

fa,trol.,

tom.

XX.-

(1)

<<

Cum ergo