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B..Petri A]JOstolorum Principis, cui Dominuspotestatem ligancli atque
solvendi dedit.
De todo lo cual deducimos, que nunca,
ó
solo en
algun caso raro se absolvía al penitente fuera de la confesion se–
creta,
y
que solo la confesion secreta era la sacramental.
Si por fin se nos objetára, que los eruditos Morino
y
Martene
traen varias fórmulas de
Confesiones,
copiadas de los
Penitenciales
antiguos con la forma de absolucion deprecatoria que decia el sacer–
dote;
y
que esto prueba que la Confesion era pública
y
uno solo el
· juicio
y
la absolucion; contestaríamos con el eruditisimo Menardo,
que esas
Con{esi01~es,
como la de S. Isidoro, la de S. Fulgencio,
y
las que se hallan en el
Orden Romano
y
en
otros Penitenciales, eran
la
Confesion general,
ó
el
Confiteor Deo omnipotenti
que hacemos
hoy día los catolices al empezar la confesion auricular,
y
la absolu–
cion
ú
Oracion
que decía el sacerdote era el
Misereatur tuí
y
la .
otra oracion que hasta ahora reza el presbítero confesqr antes de
pasar
á
dar la absolucion sacramental con sola la diferencia que
aquellas
confesiones generales
eran mas difusas por expresar de un
modo generico los pecados contra los siete vicios
capital~s,
y
servían
de preparacion para la confesion secreta, distinta
y
especifica, que
•
1
seguía despues de la oracion del sacerdote; oracion que nada tenia
ele absolucion de pecados, pues esta se -daba
á
los penitentes públi–
cos al terminar el plazo canónico de la penitencia. En el mismo
Orden Romano
se hace esta advertencia
y
distincion, añadiendo lo
siguiente:
«
J;lespues de esto mande el Sacerdote, que el penitente
»
se ponga ante si,
y
empieze
á
examinarle sobre los expresados vi–
»
cios
y
exortaciones, á fin de que por vergüenza, pereza
ú
olvido
>>
no le quede algun pecado en el corazon ..• Pregúntele tambien
>>
sobre la cualidad de los pecados, el estado de las personas, el
»
dolor que trae, etc. (1). )) Era ·pues la
confesion secreta?
ya en
(i)
(1
Deinde jubeat eum sedere sacerdos contra se, et colloqui cum eo de su–
»
pradictis vitiis, sive exhortationibus, ne forte prre verecundia, aut ignavia, sive
• oblivione aliquid putridum in cord e remaneat, per quod iterum diabolus ad
»
·peccati vomitum reducat... De qualitate etiam peccatorum
1
et hominum , inter
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