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DIA CUARTO.
ORACION.
Piadosísima Madre de Dios y de los hom–
bres. Reiña esclarecida del Cm·melo. Divi–
na tesorera de las riquezas de Dios, y limos–
nera mayor de los erarios infinitos. Tú eres,
dulce y regalada madre mia, la Muger fuerte
que Salornon pintaba, abriendo
la
mano para
el necesitado
y
estendiendo las palmas al po·–
bre desvalido. El Escapulario .precioso que
en tu mano liberal venero, es un vestido doble
que
á .
tus domésticos abriga , figurado en la
capa de Elías , en que pa.rtiópó Eliseo su es- .
píritu doblado : y es tambien bendita limosna
con que tu grandeza subleva mi miseria. Bien
se confirmó esta verdad en Sevilla con una
pobre muger que{le mantenía con criar gusa–
nos de seda. Un año que solo tenia poca y
mala semilla , porque se ofreció vestir tu Es–
capulario, si echabas tu bendicion
á
la cose–
cha,
m
o solo la logro abundantísima, sino tam–
bien un·bellísimo Escapulario que labraron los
gusanos en un capullo. . Lo mismo y con tri–
plicado primor , sucedió en Trento , donde
á
un regidor que se oponia
á
la fundacion de un
convento de carmelitas, los gusanos labraron
en su misma casa tres Escapularios del Car–
men, todos perfectísimos: de los cuales mere–
ció tener uno la reina de España doña María–
na de Austria. Asi sabes divina María.socor-