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despréudeme, sácame y líbrame: que para es–
to yo prometo no dejar jamas tu Santo Esca–
pulario: y para verme libre del sucío y feísi–
mo pecado de la lascivia, tú seas mi defensa,
mi abogada y mi escudo. Asi lo espero de
tu piedad, con lo que particularmente te supli–
co. Amen.
DIA TERCERO.
ORACION.
Poderosísima Emperatriz de cielo y tierra,
Madre Santísima del Carmen: Señora abso–
luta y despótica de todas las criaturas, cuyos
rendimientos humildes á tu obediencia , son
testigos irrefragables de tu soberanía ; para
quien pierde sus fueros la naturaleza toda,
dispensando en
su~ieyes
, cuando concurren
estas con la necesidad de favorecer á tus de–
votos. Madre
a.mantísi~a,
que sabes conser–
var la vida de tus hijos entre las jurisdicciones
de la muerte: como sucedió en Segorbe con
uno nombrado Diego de Carpe : sorprendido
en la mitad del campo de una tempestad
fu–
riosa donde fue penetrado de un rayo, desde
la coronilla de la cabeza hasta los pies, redu–
cido su cuerpo á un costal pestífero de ceniza:
y como si esto solo no sobrase para quitarle
mil vidas, fue despues embestido de una espe–
sa nube de humo encendido, que rodeándole
todo por medio cuarto de legua, le quemó to-