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EDICTOS.

cía; cuyo mandato al presente r efrendamos, para que su re–

novacion dé nuevo incentivo á la observancia : Sin em–

bargo, considerando, que este solo medio aun no bastaba

para nuestros designios, nos ha parecido poner á la vista

de nuestros Presbyteros, que si," como solo Sacerdotes, de–

ben t ener tanta instruccion, quanta mayor habrá de ser ,

quando, como Confessores, exercitan triplicados cargos;

en que, como Jueces deben discernir los peqados mortales,

y

veniales, sus distintas especies, sus r eservaciones, quan–

do obligue la r estitucion, y que circunstancias agraven, 6

minoren ;

y

con este conocimiento podrán formar juicio, y

sentenciar con justicia la absolucion, 6 denegacion de este

beneficio; para que no haviendo tanta. facilidad en impar–

tirlo, tampoco haya, como dice el gran Bela.rmino, tanta

facilidad en la transgression de los preceptos:

Non esset

hodie tanta.facilitas peccandi,

si

non esset tanta.facilitas ab–

solvendi :

teniendo presente, que no exercitan vna judica–

tura de hombres, sino del mismo Dios, en que sus determi–

naciones se han de convertir en proprios cargos, sino las

regla la justicia,

y

las dirige la prudencia:

Videte, J udices,

quidfacitis; non en·im homvnis exe1·citis .fuditium ,sed Domi-

ni, et

quodcwrnq~te i~tdicave1·itis,

in vos 1·edundabit.

Como

Maestros,

y

Doctores deben enseñar los caminos de la pe–

nitencia, los mysterios de nuestra Santa Fé, los preceptos

de la Ley, y los reglamentos de las costumbres con las obli–

gaciones, en que acada vno los constituye sus proprios car–

gos, oficios,

y

dependencias; para que assi no se les pueda

redarguir con la sentenciossa excla.macion del gran Grego–

rio:

N am sunt p le1·ique,

q~ti

dum metú·i se nesciunt,

q~tre

non

didi&re, docere concupiscunt, qui

pond~ts

jJ!fag·isw·i tanto le–

vúts extilrnctnt, quanto vim

magnit~tdinis

iUúts igno1·ant:

Aprendamos, pues, á medirnos, para que pesemos la gra–

vedad del Doctorado, y no deseen enseñar , los que aun ig–

noran la. pesada carga del Magisterio. Como Medicos en

la anathomica cliseccion ele los pecados han de confeccionar

el vino, y oleo par a las heridas de los penitentes, prescri–

biendo á sus dolencias los mas oportunoll, espirituales r e–

medios, a.ssi para precaver las recaídas, como para sanar

los mismos accidentes; no debiendo ser ele tma propria es–

pecie, y suavidad las triacas para todos los dolientes, sino

mas,

ó

menos eficaces, segun la gravedad de sus achaques;

sobre que les amonestamos, que no cumplen con el cargo,

sino se. desvelan en solicitar los mas preciossos aromas de