Table of Contents Table of Contents
Previous Page  404 / 416 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 404 / 416 Next Page
Page Background

54

EDICTOS.

Dios depositar su distribucion economica, y prudencial en

las manos de los Sacerdotes,

r¡wib1ts sic cong1"1.tit, vt su–

mant,

&

dent cceteris:

cuya variedad de sentencias, y opi–

niones conoció muy bien el Doctissimo Innocencio 111.

quando en su tratado de los Mysterios de

la

Missa dixo:

D ixm·it m·go

qui~quarn ,

comm~tnicand¡tm

esse quotidie,

dixerit alius, quotidie cmmmtnicandurn non essefaciat vnus–

quisque. quod pie m·edide¡·itfacie?ldurn:

y mucho antes el

gran Pad re S. .A.gustin nos dejó en esta duda vna regla,

que .con su misma indiferencia nos pudiera decidir el caso,

pues, no alabando, ni vituperando la cotidiana Comunion,

y solo

acons~jandola

en las Dominicas, dió á entender con

claridad su mente. Finalmente el caso es prudencial,

y

la Iglesia, nuestra Madre, nunca ha prohibido la cot-idia–

na Comunion, aunque si ha dado reglas, para que los Con–

fessores, que dirigen Almas, se goviernen con acierto en

tan critica coyuntura ; por essó la Sagrada Congregacion

del Concilio en vn ,Decreto, que expidió el 19. de Febre;

ro de 1679. en que condenó varios abusos sobre la .A.dmi–

nistracion de este Sto. Sacramento, conviene á saber , la

Comunion aun en el Viernes Santo, la opinion de que la

cotidiana era de Precepto Divino, el r ecibirla en los Ora–

torios privados, y tal vez esta.ndo en el lecho sin grave en–

fermedad, llevandoles al Sr. clandestinamente, r ecibiendo

otras muchas formas, ó mayores, que las acostumbradas, y

finalmente confessando los pecados veniales á Sacerdotes

sin aproba.cion, dió r eglas para el modo, conque se han de

haver los Confessor es, en los que frequentan este Sacra–

mento, de las quales en suma se deduce: que nin$ una per–

sona hay, á quien no se le deba acons(\jar

la

uomunion

mensal : pocos, á quienes se les deba prohibir la hebdoma–

daria: y poquissimos, á quienes se les deba conceder la

cotidiana, porque muy en corto numero son aquellos, en

quienes se reconoce vna ferviente devocion con eficacissi–

mo deseo, y vn continuado exercicio de V irtudes, en que

de dia en dia crezcan,

y

se aumenten; y assi, no pudiendos–

se dar precisa formula sobre la materia, todo queda á la

prudencia de los Confessores,

y

de los Predicador es; quie·

nes, t eniendo presente el contexto literal de la Sagrada

Congregacion, amonestarán ,

y

aconsejarán, lo que con–

viene á los Laicos, principalmente

á

las mugeres, que son

las mas faciles en hacer vso, lo que debe ser pura devo–

cion,

y

reverencia ; para que distinguiendo los estados en