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divina (1)." San
Gregori~
dice indiferentemente qu e
él
preside su iglesia,
y
que presjde su sede ;_expre–
siones al parecer distintas, que en realidad tienen un
mismo significado: "La iglesia santa que por In di–
vina voluntad presidimos
(2);"
y
en otro lugar:
"Pre~
feristeis recurrir á la sede apostólica que presidi–
mos (3)." Lo que san Leon expresab1f por J_as pala–
bras
p1·esidir las sedes,
san Cipria no lo significaba por
las de
presidir las iglesias.
"A nosotros los obispos
que presidimos las iglesias, toca principalmente sos–
tener
y
defender con firmeza el dogma de la unidad."
(4) Los legados enviados de Roma al gran concilio
de Africa (año 4.19), compuesto de mas de doscien·
tos obispos, son llamados unas veces legados de la
iglesía romana,
y
otras de la sede apostólica. En el
mismo sentido Faustino, obispo de Potenza, ·uno de
los tres legados, despues de haber dado al papa el
título de obispo de la iglesia romana, le califica en
seguida con el de obispo de la santa s.(lde : Juego san–
ta sede es lo mismo que iglesia romana. Este len–
gu~e
ha sido constantemente el .de los siglos poste–
riores. Los papas mismos en la profesion de fé que
despues de su eleccion hacian sobre la tumba de san
Pedro declaraban
y
protestaban como aparece de la
de Bonifacio VII, que tan solo eran elegidós para ser
humildes ministros de la santa sede apostólica, esto
es, para regir
y
gobernar la iglesia romana: tan cier–
to es que la santa sede
y
la iglesia romana son una
misma cosa! La sede no es pues una dignidad, un
rango; una autoridad: no se dirá nunca de un jndi–
viduo que sea ministro, esposo, presid_ente de un ran-
(1)
Privilegia istius sedis, vel ecclesim perpetua sunt, divinitus ra-
dicata, atque plantata.
Epist.
8
ad Miclt. imp.
(2) Sanctae, cui deo auctore, prmsidemus ecclesire.
(3)
Ad apostolicam sedem, cui prresidemus, elegisti recurrere.
(4)
Un
itatem firmiter tenere, et vindicare debemos maxiroe epis·
copi, qui
ecclesi.isprresidemus.
S.
Cyprian.
de
unit. eccl.