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hizo una profesion de fé corrompida y profana, que
fué condenada por su sede con una profunda indig–
nacion. A vista de estos ejemplos, ¡,como podrá
sos~
tenerse la equivocada idea de que la sede y el que la
ocupa son una mi sma cosa
1
La iglesia romana, di–
ce el cardenal Zabarella, que tanto se distinguió por
su celo y por sus luces en el concilio de Constanza,
es propiamente la santa sede compuesta del papa co–
mo gefe y del colegio de los cr11·denales (1). La mis–
ma idea manifiesta el cardenal Cusa cuando dice:
"Todos los derechos que se refieren
á
estatutos de la
sede apostólica, entiendo que deben tomarse por or-
denanzas sinodales de la sede......
ó
al menos parti-
culares de la misma, la cual no se compone solamen–
te del papa,.sino tambie-n de los cardenales encarga·
dos hoy de r·epresentar la igl esia ,romnna (2)". Ve–
remos en el discurso de esta obru como
y
hasta qué
punto puede ser entendida esta representacion ó le- '
gacion de los cardenales. Finalmente, sin hablar de
tantas otras autoridades, citaremos la del célebre
Juan de Ailli, que en su respuesta
ad objecta Joa'f!:nis
.JHontesoni,
nos dice que el pupa y la sede apostólica
no son la misma cosa, así como no lo son tampoco
la sede
y
el que la ocupa (3). Pero ¡,para qué can–
sarnos, si los que tratan de sofística esta distincion,
la admiten igualmente sin echarlo de vel-? Tambien
ellos reconocen una diferencia entre la sede y el que.
la ocupa: ellos taUlbien admiten las palabras de san
Leon, "una cosa son las sedes
y
otra sus presidentes";
p~ro
la modifican segun ele la ma_nera que se condu·- ·
(1) Ecclesia:'
rom~na
nol!. ceusetur esse solus papa, sed
ipse
papa
cum cardinalibus.
(2) Omoia illa iura qure loquuntur de statutis apostolicre sedis....
puto intcJiigi debere de starutis synodicis ipsius sedis.....uut saltem
de ipsa sede, qme non capitur pro papa tantum, sed pro cardina.J,ibus
etiam hodie legafione totius romanre ecclesire fungentibus.
Lib. de
Concm·d.
(3) Ipse, et sedes
apostólic~
non sunt idem sedes, et sedcns.