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vrn .

' entre el papa y la sede apostólica, que-es y ha sido siempre la

de Roma, sin que por eso no pueda dejar de serlo. Hace :ver,

despues como se entiende representada una iglesia, quién tie–

ne derecho

á

representarla, y qué Cl.lalidades se requieren para

una verdadera

y

legítima representacion; y cada diferencia

que establece, cada principio que sienta, cada con•ecueticia

que deduce, y cada aplicacion que hace, se apoya siPmpre con

suficientes autoridades de la Escritura, concilios, padres, histo•

ria

,y

escritores eclesiásticos: y poi' último da una idea exacta

del colegio de cardenales,

y

presepta como en una galería los

cuadros de las congregaciones romanas, describiendo y anali–

zando histórica y canónicamente el origen de cada una, la au- .

toridad

q~e

tienen y de donde la reciben, los negocios

que

entienden, y el mérito de sus decisiones, con lo cual concluye

la primera parte. Siend.o la mas abstracta de su obra, debe me–

ditarse con tanto mayor cuidado, cuanto es indispensable para

la inteligencia de la otra.

En la segunda y última, explica el orígen,

~a

uraleza y ex–

tension de los der&chos esenciales de la santa sede, entre los

cuales cuenta el primado como principio y raiz de todos los

demas: demuestra contra los protestantes que Jesucristo lo

dió

á

san Pedro en bien y utilidad de la iglesia pa¡a él y su&

sucesores, y prueba que esta prerogativa no es

pt.~ramente

títu–

lo honorífico

y

distintivo, sino poder de real y efectiva jurisdic–

cion, así como que esta jurisdiocion y .poder son espirituales

y eclesiásticos,

y

no temporales y civiles. De donde se deduce

que no pueden ejercitarse legal y coercitivam!mte·en puntos de

disciplina externa, la cual cae bajo la autoridad inmediata de

los prín.cipes y gobiernos en sus respectivos territorios. Distin–

gue~los

diferentes caractéres que reune la persona del papa,

á

saber: primero, el de príncipe tetnporal: segundo, el de <Obis–

po de Roma: tercero, el de metropolitano de la·s provincias su–

burbicarias: cuarto, el de

pa~riarca

de mucha parte de la Ita–

lia: quinto, último y principal, el de cabeza ministerial visible .

y pFimado de la igle!lia. Hace ver las distintas atribuciones cor-