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PROLOGQ DEL. TRADUCTOR.
La obnn
que ·present~
tradu<:ida, no es una obra de
ci~cuns
taoncias, si bien tiene
todo.elmérito de la oportunidad á ' vista
d<! los esfuerzos que a!l.tua·lmente hace el ultramontanismo por
~eptoducir
sus dactriilas, y fortifi·car sus prlltensiones en todos
los estados catól\cos ilel.contlnente europeo, y de
ra
conducta.
abservada por la curia romana respecto de·los de América, que
á favor de los trastomos acaecidos de diez y siete añDs
á,
e~ta•
parte. han conquistado su independencia despues de tres si–
gfos de vergonzosa escla.vitud.
Cosa, singular es que el
mis~o
celo
hipócrit~
de religion
que sirvió de pretexto
á
su conqúista, se quiera
tm~plear
ahora
para.volver
á
anudar los eslabones d'e una cadena, rota,por la
mano her9úlea de la ilustracion, y sacudida par los generosos
esfuerzos de los que disgustadamente la llevaban. Y no dejará
de parecer e,xtraño
á
los poco versados en
In
historia
eclesiás~
tica, y con especialidad de la curia romana, que lejos de aten–
der esta
á
los clamores y demandas religiosas de unos pueblos
siempre fieles
á
la ley de Jesucristo, no obstante las bárbaras
atrocidarles que
á
nombre de
·~sta
misma re,igion han cometi–
do en ellos sus opresores; rio solo haya desoído sus
súplicas~
sino repelido á los que venian á presentárselas, y tratado de
mezclarse secreta y públicamente en sus diferencias políticas
con ánimo de reducirlos nuevamente
á
lá a ntigua dominacion.
. Á
esto termina la encíclica de S. S. Leon Xlil, dirigid¡t con
fecha de 24 de Setiembre del año último
á
todos los reveren·
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