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te de Vos
á
un pueblo, que por siglos vió á todas las na–
ciones, y á todos los reyes
á
sus pies. Vos habeis vencido
á
todos aquellos
á
quienes Roma venció; y no os queda ya
otra gloria, que la de venceros
á
Vos mismo, y dominar por
la clemencia
á
los pueblos, que habeis sometido por el ter–
¡·or. Nosotros nos confesamos vencidos: perdonad pues, la
sangre de tantos desgraciados, que se someten
á
Vos sin
resistencia." Atila consintió en dejar Italia, mediante un
tributo q ue prometió el Papa
á
nombre del Emperador.
6.
Ot,·as >nuestras de •·espeto
a
los ciuwnes en los
siglos
6.
0
y
7.
0
San Agapito decia asi-"debemos guardar inviolable–
mente cuanto ha sido determinado por la santa autoridad
de los Concilios." San G regorio Magno ha dejado muchos
testimonios de su respeto á los cánones-
"como los cuatro
evangelios reaibo y venero los cuatro concilios jenerales.
Todos aquellos que presumen desatar
á
los que dichos con–
cilios han ligado, ó ligar á quienes han desatado, se destru–
yen
á
sí mismos, y no lo que estos concilios hicieron por
consentimiento universnl."
7,
Enerjia con r¡ue defendian la cansa de la relijion coittra
el pode,.,
H emas hablado del interes que tomó G regario II en la
defen sa de Italia contra los lomba rdos, y de su cond.ucta
noble y leal con el Emperador del Oriente.
Y
no por eso
dejaba de tener la enerjía conveniente, cuando era menester
emplearla en defensa de la R elijion;
y
con motivo del culto
de las imájeues decía así al
Emper~dor
L eon-"
'ISÍ
como el
Pontífice no puede entrometerse en el palacio, .tampoco el
:Emperador ha de mezclarse en los negocios de la Iglesia,
sino permanecer cada cual en el puesto
á
que D ios le ha
llamado."
8.
Conducta fandab le de Papas del siglo
8.
0
y
del9..
0
A un en la época de las fa lsas decretales hubo Pontífices,
que siguieron en part e el buen ejempl o de sus predecesores.