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Lcj os de molestarse Adriano I de que los Obispos galicanos
hicieran oposicion al septimo Concilio jeneral, con motiva
de la
'adoracion
de las imájenes, se tomó el trabajo de satis–
facer
á
los repa ros, despues de haber recibido .al enviado
con toda dulzura. De Pascual I dice así la historia-"se le
alaba principa lmente, por h aber rescatado muchos esclavos
de manos de los infi eles, tenido gran cuidado de los pobres,
y reparado muchas iglesias." Estevan V
fué especialmente
recomend a ble por su caridad , que hizo brillar en el ham–
bre que aflijió á Roma, sacando de su patrimonio la mayor
paree de las limosnas. Los Obispos de la Galia se llenaron
de regocijo al saber que Estevan VI tenia el firme propósito
de no turbar los privilejios é instituciones de las iglesias;
propósito que acreditó con el ejemplo.
· 9.
T estimonios de Slt arnor .
á
la conconlict en siglos pos–
terim·es
E l
Papa N ic9las
III
se propuso conciliar los ammos en
varias R epúblicas de I talia, y al efecto envió un cardenal
legado, quien despues de haber leido las letras del P apa,
p ronunció un elocuente di scurso, predicando la paz. Los
procuradores de los dos partidos se abrazaron, y se termi–
nó la aug usta ceremonia con fie stas de regocijo universal.
Benedicto XI dió un paso igual, diciend o entre otras co–
sas-"J . C. ha dejado en testamento á sus discípulos la he·
¡·encía de la paz, para que se fijára mas en su memoria aque·
llo d e,que les h ablaba en los últimos momentos. Yo soi vi–
cario del que ama la paz sobre todas las cosas.': .
1
O.
Pío II ·rep?"obó la esclavitud de tos neg?"os,
y
1·ep1·imió
á
los protonotarios.
P io II reprobó la conducta de
los portugueses, que re–
ducían á servidumbre á los neófitos cristianos ele la Guinéa,
y los amenazó castigarlos co n censuras. Tambien reprimió
severa'mente á los protonotarios apostó,licos, que tuvieron
la inso lente pretension de ocup ar lugar preferente
á
los
Obi; pos.