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11.
Pauto
111
procuró
la
conconlia,
y
p1·otejio
á
1tuestros
indios.
'
Muí notable
y
digno de alabanza fué el empeño que tomó
Paulo III de componer entre si al Emperador Carlos V
y
al Reí Franciseo l; pues no contento de haberles escrito, y
viendo que se frustro:ban las negociaciones, quiso hacerlas
por sí mismo. La Europa quedó admirada
y
complacida, al
ver á un anciano Pontífice salir de Roma, para reunirse en
Nisa con aquellos príncipes. Los sucesos no corres pondie–
l'On en todo
á
su dilijencia; pero nada faltó
á
la gloria del
venerable Papa,
y
la Santa Sede quedó honrada con tal
r rocedimiento.
Entre las acciones loables de Paulo
111
nos complacemos
en colorar la bula que dió
á
favor de nuestros indios, á vis–
ta del mal trato de los conquistadores,
Y.
ele la variedad de
opiniones acerca de si podían reducirlos
á
la esclavitud, lle–
gando hasta decirse que no eran hombres. E l Pontífice re–
probó tal abuso, como funesto orijen de muchos males, y al '
caso expidió una bula
á~
de Junio de 1537.
1~.
Tmnbien U,·bano
VIII
expidió
un
breve
á
jrtvo,.
de
'
nuest·ros indios.
U rbano V III despues tle hacer memoria de las let1·as de
Paulo III,
y
teniendo noticia de que subsistia.n los motivos
porque fueran es pedidas, "reprimió el atrevim iento de hom–
bres impíos, que con actos de inhumanidad espantaba n
á
los indios de recibir la fé; prohibió que se les redujese
á
es–
clavitud, los separasen de sus esposas é hijos, los despoja–
sen de sus cosas;
y
los privasen de su libe ,·tad. Reprimió
ig ualmente
á
los que prestasen consejo, auxilio ó favor á los
qt¡e tal hiciesen, ó enseí'íasen que era licito."
13.
Rasgos
de
Benedicto XIV,
que
tambienfuefavomble
á
nuest•·os indios.
En u na ele nuestras disertaciones hemos referido, c¡ue
cuando se le presentó
á
este sabio Pontífice un a memoria,
en que para precaver
á
los relijiosos de los· funestos efectos