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- 323-

nes para que el Pa pa fuese ser>or teniporal, ahora las h ai

mayo o·es para que dej e de serlo. D ecia el Card ena l Bemet i,

en tiempo de Lean

X IJ,

que "gi su vida era larga, ten ia pro–

babi lid ad de presencia r la caíd a temporal del pontificado."

2·1.

¿Puede t,·asladarse de la '{glesict de Roma el prima-

do de

la

Iglesia universal?

Cómo el Papa no ha de querer residir en B.oma, no sien–

do Príncipe

~emporal,

tenemos que averig uar, si el Papa ó

el primado podrá fij 11rse en otra silla episcopal.

Cualitlo

se dice qtoe el Romano Pontí·fice tiene el ¡wimado, es por

suponerse, ó darse por cier to y católico, que ·

el

Roma –

no Pontífice es el sucesor Je San Pedro; pero sin ·per–

juicio de distinguir la sucesion en el primado de la Iglesia

un iversal, y la sucesion en el Obispado particular el e Homa.

Lo primero el\ de institucion de J esucristo; mas ¿podrán los

el e la Curia decir lo mismo de lo segundo? Lo dicen en

verdad varios curialistas; pero a poyándose en razones tan

mi seraWes, que otros cmialistas no ha cen caso d e ell as.

Por otra parte, aunque bai quienes sostengan, que "el obis–

pado de l{oma

y

la primacía d e toda la Iglesia no ·son en

el presente órd en de cosas dos -distintas sedes, ni dos dig–

nidad es," hai otros que hab lan d e diferente modo, como

S uarez,,que asi dijo-

" estas son dos dignidades diversas y

se

para

bles"-co11stat

Itas esse duas dignitates di·ve1·sas et

se'

J.JC/1'(

1-biles.

E l propio Belarmino tan inclinado

á

creer, que

"era muí probable,

y

piadosamente ereib1e, aunque

110

ente–

,·mnente de

f e,

que la silla apostólica no poclia separarse de

la Iglesia r omana," no ha dudado decir, que "sin embargo

d e que J esucristo hubiera ma ndado á

~edro,

que colocase

u silla en Roma, no seguiría, que le mandaba, que la tu–

viese siempre allí."

Fr. Domingo Soto observa igualmen –

te, que " no habiendo en el Eva ngeli o prohibicion a lg una,

pued e una Constitucion eclesiástica separar e l primado y

ponerlo e n otra Iglesia, ó no fij arl o en n ing una: que pol'

haber muerto San Pedro en Roma, no querlaba anexo su

primado á la Iglesia romana por derecho di vino;

y

que si el

santo apóstol mudó su silla de Antioquía

á

R oma, cual–

quiera el e sus sucesores pod rá hacer lo mismo." S i pues

por derecho humano est;í unid o el primado

á

la Ig lesia de