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breves
y
b ulas los S umos Pontífices. Y ¿qu1e n tend rá la
paciencia de engolfarse en este oceano inmenso? En los ín–
dices tienen lugar " las actas ele los erúclitos de
~eipsic"" ]a h istoria eclesiástica d e Natal A lejand r o, sino con
las
notas de Roncaglia"-"los diálogos ele D . A n tonio Agus–
tín, acerca de la enmendacio n de G raciano, con notas
y
nue–
vas enmiendas, publicacion de Baluze"-"la obra ele B lon–
del, ó edicion
y
nueva censura d e
las epístolas de Ioidoro
Me rc~tor"-"Gal il e o
Gali lei, dialogos sobre los. dos princi –
pales sistemas delmund o"..:_"Aimoguera, Obispo de A re–
g uipa
y
A rzobispo de Lima, instruccion de Sacerd otes"–
"Cartas p rov inciales d e Pascal"-"Obr as latinas d el P e–
t ra rca"-"Nuevo diccionario españo l é inglés de P ineda"–
"lVIarca,
de concordia sacerdotii et
i·n~f.erii"-"El
P apa
)JO
tiene ning un derecho en el rei no ele Napoles'"-
"La venida
del Mesías por Lacunza"-
"Falibi lidacl de los Papas de–
mostrada por la t radicion"-Vanespen; Salcedo
de Lege po–
Litica:
Salgado,
de 1·egia protectio11e
~·a.
Solorzano,
de
ju–
,.e indiarum;
F rasso,
de 1·egio patronatn
~·a. 9·a.~·a. ~-a. ~-a.
D igamos otra vez
á
la Cu ria, que con semej ante maner a de
defend erse, confiesa q ue carece d e buenas armas, que no
tiene razon;
y
pa ra avergonzad a repitamos las palabras del
Papa S ima·co á un Emperador-"tú, que en lugar d e con–
vencer, pers igues, debes confesar, qqe la verdad no se halla
d e tu parte, que sostienes el error." '
T iene ademas la Curia otros recm sos au xili ares d el de
prohibicion: l .
0
calumniar para prohibir; 2.
0
su primir en
ediciones posterio res los pasajes que le han desagradado.
16.
¡,!fundir lw·rrm: cont ra ciertos hombres, 71ara que se
111iTe mat cuanto proceda de ellos.
Razon habrá para censu rar
á
los escritores que han com –
batido la verdad
y
faltado
á
la decencia; mas no para esta–
blecer contra ellos una regla de odio
y
descrédito, ni ha–
cerles imputaciones que tal vez no han merecido. Pongamos
por ejemplo
á
Voltaire, bajo el e! aspecto que núa
a
nueotro
propósito. Voltaire propagó en Fmncia los d escubrimien–
tos de Nevto n; esparció torrentes de luz en varios
ramo~
de literatura;
y
enseñó que la historia d ebía mirar princi–
pl lme nte las costumbres de los pueblos, sus ciencia$. a rtes,