-la-
do para no olvidarse, lo que dice Dios en el capítulo
7,
v.
35
y 36;
á
saber: "Esta es)a atribucion de Aaron
y
de sus hijos én virtud de su consagracion
y
que yo
mando á los hijos de Israel por l,ey y estatuto per..
pétuo."
·
·
Caro,
y
bien caro costó
á
Coré,
á
Datán
y
Abiron,
y
á
otros doscientos próceres el haber querido inge–
rirse en el 1ninisterio sagrado, como puede verse en el
capítulo
16de
losNúmeros.
Y
cuando despues de
mu–
cho tiempo el Rey Ozias quiso ofrecer el incienso so–
bre el altar de los perfumes, el Sacerdote Azm·ia:s le
representó que debia abstenerse
·de
una funcion esclu–
sivade los Sacerdotes:
Non est tui qfficii, Ozia, ut ádo–
leas incensum Domino, sed Sacerdotum, lwc est,filio–
rum A aran, qui consecrati sunt ad hujuscemodi
!lzi–
nisterium, (2,
Paralip.
26,
v.
18.) Y
libró bien este Rey
con el castigo de .la lepra, pues pena de 1nuerte tenia
el que sin ser Sacerdote presumiese introducirse en
este ministerio.
"A
Araon
y
á
sus hijos los establece–
.rás sobre el 'ministerio del ·Sacerdocio," dijo Dios
á
Moisés,
y
añadió, que el extraño que se introdujese en
ese uünisterio, moriría infaliblemente:
Extraneus, qui
ad ministrandum acceserit,mortemorietur.
N
um.3,
v
.1 O.
Está pues, v.isto que ya nadie, sino los Sacerdotes
nombrados por Dios, podían ejercer .en el pueblo he–
breo las func.iones del Sacerdocio. Y como del capí–
tulo.l6,de1 Deuteronomio consta que Dios
mandó
que
se estableciesen Jueces
y
Magistrados en todas las
poblaciones para que administrasen justicia al pue–
.blo;
y
del capítulo siguiente tambien consta que lle-
garía un tiemp_o en que el pueblo querría tener
u~
Rey
al modo de las demas Naciones, es consiguiente
que,
pues se detallaron minuciosamente las atribuciones
así de aquellos Jueces
y
del Rey, como se babia he–
cho con las
~el
Sacerdocio, este quedó separado
por
órden de
Dios de
]a
potestad civíl.