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2.0

mente revocó dicha Pragmática 'y Real Cédula , sinó que man–

dó recogerlas.

6

1

Hé procurado satisfJcer , con la verdad

1:.

ingeooidad,

que V. M. desea, el informe, que me manda,

á

excepcion de que

en los once millones y mas , que recibe V. M. por la gracia del

Escusado de los Administradores de ella, ignoro si en este au-!

mento, y exceso

á

lo que ántes pagaba el Clero de Castilla y

Leon, se comprende el de la Corona de Aragon : empecé

á

es–

cribirlo de mi mano, como dcbia; pero mal sentado

el

pulso,

y delicada la cabeza con mis accidentes , conocí que por ello y

por ser mi letra poco legible , era preciso valerme de mi Secreta–

rio, que lo es de roda mi satisfacían y secreto ; esperando de la

piedad de V. M., que se dignaría perdonarme. Ahora, Señor,

esta empezÓ con un Rey Santo del Viejo Testamento , me pare–

ce justo se concluya con otro del Nuevo : este es

el

Santo Rey–

D. Fernando, que se hizo camino por la Corona de la tierra·

á

la mas ventajosa, que goza en

el

Cielo: este valeroso Héroe,.

que parece tenia alistada la victoria en sus Vanderas, no sitió

plaza, que no ganase, ni embistió enemigo , que no rindiese:

decia, que los Templos eran los Alcazares de su Reyno,las Re-··

ligiones sus muros, y los Coros de los Religiosos los Esquadro-–

nes , que

le

defendian; y empezando sus empresas por rogati–

vas, proseguia con ·votos; y acababa en gracias al Dios de los–

Exércitos y

á

su Madre Santísima, cuya Imagen sagrada llevaba

siempre

el

piadoso Rey delante de sí en

el

arzon de la silla. Con–

forme

á

esto fueron los últimos avisos , que dió al Principe su

hijo quando se parda al Cielo: encargóle la obediencia al PontÍ–

fice , la proteccion de la Iglesia , la veneracion al Estado eclesiás–

tico , el amor á sus vasallos, el amparo de los pobres , la admi–

nistracion de la justicia, la eleccion de buenos Ministros ,

y

so–

bre todo la propagacion de la Fé : esta semilla Celestial , que

dió frutos tan copiosos en tan santo Rey, há sembrado el Cielo

en

el

Real corazon de V. M.; pero no há faltado quien siembre

sobre ella la cizaña , como sucedió al campo, que nos pinta

el

divino Labrador en su Evangélica parábola: esta es la desgracia

de España, bien merecida por nuestros pecados, que atrae los

fatales años

y

cosechas , que se experimentan ,

y

tiene con es–

caso fondo

el

Erario de V. M. , contra rodas las esperanzas , que

ofrecen los que piensan aumentarlo con la ley de la Amortiza–

don, imposiciones á Eclesiásticos, rigurosa execucion de las gra–

cias del Escusado y Novales, y otros proyectos.

Dios

tenga mise-

ri-