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reos
el
goce de
la
inmunidad local
de la Iglesia; y hán hecho
los
Papas á instancia de esta Real Corona las mas amplias ,
y"
opor–
tunas declaraciones, para que lo que há de servir de refugio
á.
los miserables
é
inconsiderados delinquenres, no sirva de asilo
á
los facinerosos,
y
reos voluntarios ; pero tampoco las
Justicia~
y
Corregidores se limitan á estas determinaciones , porque sin
temor al desprecio que hacen á la Iglesia,
y
á
las censuras en que
incurren por su -violacion , se entran de mano armada en los
.Templos, y con estrépito, é irreverencia sacan de ellos los re–
fLlgiados , sin justificacion, ni aun indicio de que sus delitos sean
de los exceptuados, poniéndolos en Cárcel Real con el mayor
ri–
gor; y si el Juez Eclesiástico los exórta , manda que los resti–
tuyan al sagrado, y les impone censuras , como en caso de
no~
toria violencia: no obedecen , introducen recursos , que hacen
interminables la Jusrida,
y
usan del de la fuerza , contenrándo
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se muchas veces en los de czste asumo y otros , con obtener la
provision ordinaria de ruego, para que se les absuelva por el
término ordinario,
y
se remiran los Autos al Tribunal Regio.;
y
luego que uno
y
otro se execura, se aquietan: pasa el térmi–
no: vuelven á incurrir en la censura,
y
se están sordos é indo–
lentes en ella;
y
si
el
Juez Eclesiástico vuelve á usar en algun
caso de su jurisdicion, repiren segunda y tercera provision, para
la suspension ; y con las dilaciones que en esto median ,
y
po¡:
las muchas ocupaciones y negocios del Juez,
y
Fiscal Eclesiásti–
co , se pasa mucho tiempo sin determinar
la
fuerza , y alguna
vez no llega el dia de que se execure, especialmente si
el
reo
hace fuga , quedándose la Iglesia violada sin satisfacion ,
y
el
Juez lego en su insordescencia , negado á los avisos , que se le
dán para que salga de ella.
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En las Gacetas,
y
Mercurios se hán impreso proposi-
Gacetas,
y
Mer–
ciones capciosas , equívocas , escandalosas,
y
depresivas de la
curios.
autoridad Pontificia , y Eclesiástiq , disonantes á la piedad , que
siempre há resplandecido en la nacion Española , y disimuladas
con máximas nada convenientes
á
la Religion, .Yal Estado , ni
á
su pureza
y
buenas costumbres ; con cuyas noticias , en parte
falsas
y
temerarias, se imprime la gente incauta
y
sencilla,
y
se
arranca de ella aquella veneracion , respeto ,
y
obediencia, que
siempre se há tenido,
y
debe tener
á
la autoridad de los Papas,
al carácter de los Obispos , y á los Ministros de la Iglesia ; para
que poseídos los fieles del recto espíritu, que se les imprime con
las verdades evangélicas , y sana doctrina, que siempre há en..
E
2.
se-