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cordato cayesen en mano-muerta, estubicsen sujetos
á
dichos
triburos r: el Sr. Phelipe V se contentÓ con esta concesion, y con–
sintió y ratificó
el
Concordato; y baxo de estos supuestos se com·
prende facilmente , que el augusto Padre de
V. M.
conceptuó,
que su Real potestad no alcanzaba, para impedir
á
los Eclesiás–
ticos la adquisicion de bienes, y gravados con tributos legos;
que conoció, que no era necesaria la ley de la Amorrizacion,
para asegurar los derechos del Real Erario, ni la conservacion
del Estado, y que tubo por bastante
el
indulto Pontificio , para
que los legos no llegasen al punto de que los tributos les fuesen
insoportables ; y no siendo
V. M.
menos pío, menos católico,
ni menos defensor de la Iglesia, y de su inmunidad , parece
al
Clero y espera que no se
há
de separar del exemplo de su glo–
rioso Padre, especialmente quando , como dexo expuesto,
el
Concordato tiene fuerza de.pacto,
y
obliga su observancia
á
las
panes que lo celebraron.
4
2-
El número de Eclesiásticos seculares y regulares no es tan
crecido ahora como lo fue en otros tiempos, porque los Obis–
pos se detienen mucho en admitir
á
Ordenes , y los Superiores
de las Religiones dan con dificultad, y
á
pocos licencia para reci–
bir hábitos y profesiones en ellas; y yo aseguro á
V. M.
que esta
Diócesi esrá muy escasa de Sacerdotes para los ministerios eclesiás–
ticos, y que por falta de ellos se quedan los pueblos muchas veces
sin quien les celebre Misa en dias festi os; aunque tolero á algu–
nos Sacerdotes que la reiteren en distintas Iglesias , sin embargo
de la prohibicion que decretÓ
el
Sr. Benedicto
XIV:
y quando
en
el
número de Regulares
se
hallára algun exce o , tienen los
Sumos Pontífices expedidas oportunas providencias para refor–
marlos: con las quales se puede remediar quamo lo requiera,
sin establecer una ley , que no corrige
el
daño que se supone,
y
que no puede dexar de ser peligrosa , como fundada en excep–
ciones
y
en depresion de la liberrad eclesiást:ica.
4 3
Las Iglesias , lexos de hallarse opulentas , están por
lo
comun menos decentes y surtidas, que las casas de
los
ecula–
res, y muy necesitadas de vasos sagrados , alhajas, vestiduras
y
ornato, sin embargo de las muchas riquezas , que ponderan los
Fiscales, gobernados de que en pocas advierten alguna dec ncia
y
surtimiento , que nunca excede , ni puede exceder del que
corresponde
á
la Casa del Rey de los Reyes, y las dotaciones
piadosas , se puede asegurar , sin faltar
á
la verdad , que rienen
ahora menor
caudal
de bienes
Y.
fondo de remas, que hán teni-
do