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le faltan de su primitiva dotacion exceden en mucho
á
los que
há recibido del estado secular, y por esto yo, como uqp de los
Prelados de España , desde luego co?siento, que la Nadon se
reintegre en los que todos los Eclesiásticos y manos- muertas po–
sea de calidad inmueble , dexándoles V. M. y los vasallos los
diezmos, qne por tantos tÍtulos, dados por la sama Sede ,
6
por posesion legal suficiente , reciben y gozan ;
y
añado , que
dada esta hyp6tesi, consiento tambien coopere
el
Estado ecle–
siástico con algun competente subsidio para la defensa de estos
Reynos , y conservacion de la pureza de la Religion en ellos.
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Es cierto , Señor, que por lo comun padecen los vasa–
llos mucho atraso,
y
que los Pueblos están despoblados
Ó
arrui–
nados y muy deteriorados; pero estas desgracias y miserias no
dimanan de que los naturales se dediquen al estado secular
6
re–
gular, ni de que hagan limosnJ.s , legados, instituciones y dota–
ciones á Iglesias
y
obras pías; pues siendo, como son estas muy
gratas
á
Dios , no puede ,
ni
debe creer ningun católico, que lo
que es de su servido disminuya las conveniencias
é
intereses jus–
tos del que le executa ; y confia poco
en
la providencia de
Dios, que lo dá todo con abundancia, el que funda su conser–
vacion y adelantamiento en los medios temporales y discursos hu–
manos; pues como dixo D. Diego de Saavedra, uno de los mas
sábios
y
políticos Ministros de estos Reynos, las obras de piedad
no se hán de medir con la regla política , porque son colonias
y
fortalezas, que en la Iglesia Militante obran mas con sus ar–
mas espirimales, que las temporales, y hacen mas brecha con
la oracion, que la artillería: de que son testigos todos los siglos,
segun enseñan las divinas y humanas letras , y hán experimen–
tado los glorio.;os progenitores de
V. M.
como
S.
Fernando, los
Srs. Reyes Católicos, y D. Jayme Primero de Aragon, negán–
dose á imponer tributos y alcavalas
á
los Eclesiásticos,
y
cedien–
do
á
las Iglesias con magnificencia crecida parte de sus con–
quistas.
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En la mayor parte de los PuehJos del Reyno no hay
Monasterios , ni Comunidades Eclesiástic:ts , y son pocas , y te–
nues las dotaciones pías , y sin embargo estos Pueblos en que no
se hallan , no están mas pujantes y pingües que los que las tie–
nen, de que puedo señalar á V. M. muchos exemplares;
á
me–
nos que dedicándose sus habitantes
á
la labranza y
á
la industria
y comercio , se contenten con las ropas y alimentos que adquie–
ren con su trabajo, y produce su pais;
y
lo mismo se experimen-
D
2.
ra