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corporarse cori la esquadra de nuestros .aliados.
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5 Atribuye á la misma causa haberse disipado sin ba-
tallas nuestro Exército, aludiendo al de
Po~tugal.
¿O:!:!e sabemos
si habrá dependido de inaccion en algunos, de poco surtimiento
en la hospitalidad , y de otras circunstancias naturales , sin acu–
dir precisamente á las sobrenaturales? La victoria tiene sus ante–
cedentes necesarios: es por lo comun
el
fruto
de
la
actividad, de
la buena disciplina y subordinacion de las tropas, y de la robus–
tez de ellas, mediante su buena curacion y asistencia. Es tan na–
tural que venzan Exércitos bien disciplinados y asistidos, como
el
que se disipen los que carecen de tan precisos auxilios y cali–
dades.
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A la misma causa atribuye el Prelado los alborotos
de los Pueblos é insolencias de la plebe en los bullicios pasados. Es
mas natural deducirlas del descontento y malas doctrinas, q ' e se
inspirara~;
y
á
la verdad que estos papeles del R. Obispo no ha–
brán sido misiones muy provechosas.
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Finalmente dice, que todos los males dimanan de la
opresion de la Iglesia;
entendiendo
la Iglesia
en
el modo que va di- .
cho,
y
como la entendían los Monges y Patriarca de Constanti–
nopla, que á tÍtulo de devocion se metian en
el
Gobierno, con–
citaban los pueblos contra los Magistrados y aun contra los Em–
peradores. De aquf nadan continuos tumultos, y las rebeliones
contra aquellos Príncipes. Lleg6la estupidez
y
supersricion en
el
Imperio Oriental á tener ocupados los solda.dos en construir
el
templo de Sta. Sofia; miémras los Turcos )nvadian los confines
· del Imperio , ocupaban las Provincias,
y
cautivaban los Cristia–
nos; como si
el
hermosear una Catedral 6 Templo debíese pre–
valecer
á
la
cons~rvacion
del Cristianismo en todas aquellas
Regiones.
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La providencia Divina reduxo la Iglesia Oriental
á
cautiverio, cay6 en cisma;
y
el orgulloso Patriarca y Monges,
-que deponían los Emperadores y Ministros, están ahora en de–
pendencia servil de los Mahometanos.
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La Iglesia está dentro del Estado, com_o advierte
bien Optato
Milevi~ano
;
y
el Estado no puede permanecer , si
los Eclesiásticos se introducen á turbar
el
Gobierno; porque son
materias del todo agenas de su conocimiento
y
competencia: y
por otro lada
el
vulgo ignorante se dexa preocupar cada vez mas.
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Los Eclesiásticos en la última época de los Reyes Go–
dos se ingerian en las elecciones Reales, y hasta en las conspira–
do..