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ta, se le perdone: pues que
el
Rey con tanta generosidad há per–
donado y sobrellevado tamo, y se há portado con una benigni..
dad inimitable con quienes debiera usar de tanto rigor.
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Podria
el
Fiscal
pedi~,
que atento las especies que en
sus escritos manifiesta este Prelado, y su genio averso .á la Po,..
restad Real , se le echase de estos Reynos , quedando el régimen
de su Obispado en manos mas afectas al Rey, al Ministerio, y
á
la
pública tranquilidad.
•
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A eso dirian sus valedores (que no
le
faltan algunos)
que una providencia de esta especie tiraba á deshacerse de este
Prelado, por ser un varon constante y firme; que cambien
el
fa–
natismo tiene sus márryres, y ningunos ceden con mayor dificul–
tad, que aquellos en quienes se hán impreso ideas semejantes á
las que há recopilado.
el
R.
Obispo, y lisonjean
el
am<?.r
propio
de algunas personas eclesiásticas, que se creen eximidas de toda
autoridad pública.
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Or:ros dirán , ¿que se há de hacer con un Obispo?
Como si por serlo tubiese carta blanca para turbar el Gobierno
y desacreditarle.
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9
Si las ofensas fuesen hechas
á
personas singulares pri–
vadamente, cada uno es dueño de pensar
á
su modo: no así
quando voluntariamente y en público se declara la guerra alGo–
bierno, porque este sería tachado de débil,
6
perderia su repu–
tacio.n; y sin ella quedada incapáz de hacer acciones gran–
des
y
dignas.
11
8o
Los papeles del Obispo, contrayéndose
el
Fiscal al
de–
liro
y al escarmiento, de los dias
I .)
de Abril y
13
de Mayo,
son libelos famosos, llenos de falsedades, injurias y suposiciones, ·
con el depravado fin de .turbar el Reyno, aprovechándose de la
opo rtunidad que le prestaban los bullicios pasados; y así pide
el
Fiscal, que el original de dichos papeles sea trahido al Consejo,
y
remitido á la Sala, para que esta á voz de Pregonero le haga
quemar por mano del Executor de la justicia en la forma ordi–
naria , y de ello remita testimonio al Consejo.
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1
Pide asimismo
el
Fiscal se mande por
el
Consejo al
R. Obispo comparezca en esta Corte,
y
que
estando el Conse–
jo·pleno, se
1~
reprenda públicamente de su atrevimiento
t
im–
postu ras,
y
se le haga saber judicialmente, que si en adelante in–
curriere en semejanres excesos
Ú
otros equivalentes, se le tratará
con
el
rigor que las Leyes previenen contra los que hablan mal
del
Rey y de su
Gobi~rno;
y
hecha esta
}n~imacion,
se le notifique
..
· ·
sal-