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declaradon' que há executádo-
por'
sí
inismo ' de' haber amena–
zado con tumultos; vanagloriándose de haber acertado en
sus
pron6sticos , maltratando á su.Soberano como
á
un Rey Achab,
y
diciendo á su Confesór, que le' o-culeaba
'la:
'verdad, y era mas.
aborrecible en España, que ·el Marques de Squilace.
9
84
Finalmente autoriza indirectamente de jüsta toda la
turbulencia pasada , qne la atribuye á la preténsa ·persecucion
de
la
Iglesia, y en prueba de la tal pretendida persecucion afir–
ma que efectivamente Jos bienes, los Ministros
d~
la
Iglesia,~
sú
·inmunidad están atropellados.
·
D
h b. d
1
d ;
1
1' • . ' .
1
I
9
85
emos que u tese esor enes ;
¿
sena lClto a tltll
o
de ellos excitar
motin~s
, ·seducir los Pueblos
y·
abusar de la pie–
dad de la Nacion, para traerlo todo en confusion
y
des6rden?
9
8
-a·
¿
Nü enseña Santo Tomas en tales
caso~
(muy remo-
tos
y
nunca vistos '·en España, donde reyna mas la supersricion,.
que la impiedad po.t el poco cuidado de la instruccion de aque–
llos , á cuyo cargo corre darla á los fieles ) , qúe el remedio
es
orar
é
invocar la protetcion dd Altísi'mo·, para que ilumíne
á
los qctc ·nos gobiernan en su nombre
?
·puesto que la autoridad
les viene del mis'!llO Dios , que alguha
vez
permite desaciertos,.
para mejorarnos.
·.
·
· ··
·
·
-
~
9
87 Lá
doctrirr:t cbntraria de lebantarse los Pueblos contra
los que gobiernan és
sacrilega,
porque quiete sujétar los ungidos
d~
Dios al juicio de los particulares , como·hizo
el
Pueblo de In·
glaterra , guiado de
hí
ambician
y
fanatismo -de Oliverio Croin-
inud contra Cárlos Primero.
·
9
8 8
Es
seducti'lJa:
pues'
á
tÍtulo de conciencia, aunque er–
,r<Snea, pone á los Eclesiásticos sequaces de tal .doctriha
el
poder
idspirar
á
los Puebl0s , siempre que sus intereses particulares se
lo dicten , las ideas de
pers~cucion
de la Iglesia , arrogándose
los Ministros de ella ,
y
aun ·los impropios este nombre , como
fo pretendian los Regulares de la Compañia en sus obras an6ni–
mas, esparcidas en el Reyno , dando
á'
entender ,. que en ellos
estaba reunido
el
centro de la Iglesia ,
y
que
él
no adular
sus
pasiones era perseguida. ·Llegó
el
fmatis~o
de un Escritor de
la
Com,pañia á afirmar , que los
Jesuir~s
eran quienes podían de–
Cidir, quando la Iglesia está
per~eguida:
que en sustancia, con
rodeo de palabras es querer
t~mar
un
pretexto , para poder le–
bamarse contra la Soberanía, siempre que 'las cosas no fuesen
á
medida de los deseos de tales fanáticos ; no habiendo
á
la verdad
personas, que con mas facilidad
y
menos riesgo puedan inspitar
ra-