por las medidas gubernativas dietadns á conse–
cuencia de las pastorales del vicario capitular del
obispado de Córdoba en sede vacante, doctor Geró–
ninlo E. Clara, dignidad de arcediano de la 1nisma
iglesia catedl'al. Haren1os, ante todo, una bteve
historia de los sucesos relflcionados con dichas pas–
torales.
El 25 de Abril de
1884
el
señor vicario
expidió su prin1era pastoral.
En ella trató tres
cuestiones distintas.
La primera se
refirió á un acto del gobier–
no nacional. Este ha.bia no1nbrado, para dirigir
la enseñanza en la
es~uela
normal de Córdoba,
á
algunas personas que profesan el protestantismo.
Con tal n1otivo, el señor Clara, despues de_citar dife–
rentes disposiciones pontificias decia: «En virtud
de
las precedentes decisiones, 1narcadas con
el
sello de la n1as alta
autoridad ~
y
que no dejan lu–
gar á ninguna duda ni subterfugio, declaramos ter..
1ninante1nente que si la nueva escuela normal, diri–
gida por maestras protestantes, que se trata de
fundar en esta ciudad,
se llevára á efecto,
á
nin–
gnn padre católico es lícito enviar sus hijas
á
3enJe–
jante escuela.:¡,
En la segunda parte de
la pastoral, lamentó
a1nargamente el vicario,
que en el seno ele
la
universidad de San Cárlos de Córdoba se tolerasen
té8is" en las que se sostenían doctrinas contrarias