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133 -

IT

Los caracteres de la familia pnmitiva , norma de las

demás, eran, según

el

plan divino, antes del pecado o ri–

ginal, como lo· aseg ura un ilustre escritor contemporáneo,

la

ztntdad,

la

?·nd¿solubilidad

y

la

santidad

(Abadt. Gaume.

H ist. de la so

c.

domest.)

En efecto: el crear una sola muj er de la propia carne

del

p

·imer hombrt". y dársela

á

éste por compañera, es

una prueba evidt> nte de la

unidad,

la cual excluye por

completo la

poligamia,

que corrompe y envilece el matri–

monio

y

destruye el amor y fidelidad de los esposos : amor

y

fid elidad qu e son sus princip;lles deberes. Por lo que

decía con tanta propiedad el elocuente

iarqu és de Val–

d ega mas, en un discurso académico al tratar de e te asun–

to:

1-a p(Jl/ga1Jn'a es

el

sepulc1'0 del amor.

La

unión de los

e~ posos

en el matrimonio es

i1tdisolu–

ble

por derecho divino. Así lo asegu ró J es ucristo, _qu e es

la

E terna Ve1'dad,

cuando respondió á los fariseos que lo

ten ta ban citándole la ley de Moisés:

" ¿No lzabéis lddo

qu'! el que /tizo allzombre dt'sde el principio, varón

y

ltembra

los /uzo

y

d1j'o: por esto dejará

el

homb1-e á su pad1-e

y

á su

madre ?' se juntará á su 11.ujer

y

se1-án dos en mta car–

ne? Por consig·uie11te lo que D ios juntó el !tombre 110 debe

separar"

(

Math.

19- 4-5-6).

Por esta sentencia d el

al–

vaclor quedó condenado

el

repudio

ele la mujer, declaran–

do que sólo fué tolerado por el 1(-'gislador del pueblo de

Israel, en vista de la dureza de sus corazones. Además

de esto, la mujer había sido dad a por compañera al hom–

bre, no por tiem po limitado, sino de un modo incondi–

cional y perpetuo, de manera que no debía abandonarla

nunca, hajo ningún pretexto.

Que Dios al crear la familia se propuso algún fin, está

fu era ele toda duda;

y

este fin no fu é otro que la

santifi–

cación

de sus miembros. como lo asegura el grande A pós–

tol:

H ecest mim voluntas Dei santijicatio ves/1'a"

(

r-Thes-

4-3).

Por esto es que á nuestros primeros padres se les

comunicó la gracia santifican te

y

se g rabó en sus corazo–

nes la ley natural, para que guiado. por ella realizacen su

unión con Dios, que es el último término de las aspiracio–

nes de la criatura racional; pues para esto se le dió un en–

tendimiento para conocerle

y

una voluntad para amarle.