SOBRE LA FAMILIA CRISTIANA
DISCURSO POR EL lLTMO. \'
RED~IO.
'R. CARPENTER.
Excmo.
eñor, Iltnio. Señor,
eñor'fs,
'eñoras:
Cábeme hoy la honra de dirigir la palabra á esta ilus–
tre Asamblea cuyo honorables miembros por su estado,
saber
y
posición, representan lo más venerable, inteli–
gente y di tinguido de nuestra sociedad.
i me dejara
a rrastra r del sentim iento íntimo de mi insuficiencia
y
de
la natura l desconfianza de mí mismo, yo permanecería
mudo ante tan ilustrado auditorio; pero mi deber como
Obispo católico
y
un solemne compromiso con el Comi–
té Central de la Unión Católica del Perú, me obligan á
romper el
ilencio y á dominar mi justificado temor.
Es indudable, señores, que la elegancia de las frases,
la rotundidad de los períodos. el oportuno empleo de la
figuras retóri cas, la novedad de las ideas
y
la profundidacl
de los pensamientos que constituyen la belleza artísti ca
d el discurso son, por decirlo así. las verdaderas joyas con
que éste se engalana; mientras qu e la senci llez, claridad
y
precisión son sus condiciones es nciales. Careciendo
yo de esta preciosas dotes que debe poseer el perfecto
orador;
y
no pudiendo, por consiguiente, cautivar vues–
tra atención, apelo á vuestra notoria benevolencia, á fin
de que m e escuchéi
indulgentes, en mérito, siquiera de
la tesis de que voy á ocuparme, la cual despierta por
í
sola un verdadero interés.
Voy á presentaros á la
.familia católica como
el
germen
.fecundo de verdadero prog·reso
y
bienestar de la sociedad.
P ara demostrar esta ve rdad, es preciso hacer el análi-