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EL DERECHO DE PROPIEDAD UE LA
IGL~SIA
IJI CUR 'O DEL DOCTOR FRANCI CO MOREYRA Y RIGLO .
Iltmo.
y
Rdmo.
eñor, lltmos. señores, Señores Re-
preserrtantes:
La Iglesia Católica, esta sociedad perfecta universal
é independiente del Estado, fundada por Cristo Hijo de
Dios, para que el hombre alcance su santificación
y
bien–
aven turanza eterna, es la institución fecunda
y
vivifica–
dora que el mundo viene contemplando hace cerca de
veinte sirrlos,
y
cuya conservación
y
de envolvimiento
progresivos ha tenido y tendrá siempre palpitantes
y
pasmosas manife taciones.
Es esta la institución admirable por su orden y vida
1nt~ri or,
que la hace columna fortísima sobre la cual pue–
de descansar el humano edificio,
y
que emanando de su
seno savia vivificante. se extiende hacia todos los ámbi–
tos de la tierra comunicando á las sociedades los benefi–
cios de su mi ión civilizadora.
La moral cristiana aprendida de los labio del Hom–
bre Dios, ha sido la gran palanca que buscando su apo–
yo en las eternas promesas, ha rerrenerado la sociedad.
A esa moral.
á
esas
enseñ<~nzas
evangélicas debe el mun–
do su estabilidad, su orden y progreso, y la Iglesia, de–
positaria de esa doctrinas, inspirada por la luz del Eter–
no, ha debido merecer en todo tiempo el más decidido
apoyo y el más amplio reconocimiento de sus derechos.
La Iglesia Católica ha sido, señores, la madre sabia
y
solícita, de cuyos inspirados labios aprendieron los bár–
baros de Europa, las nociones sobre el verdadero Dios,