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'J'll.\ TADO l'l\Il\IERO
rno agua
(1),
y
estás como el lunático <lel Evangelio, endemoniado,
ciego , sordo, mudo, furioso
y
meo teca to ('2) ; sin ver el lago en
que estás, el mal estado en que vives, la fealdad de tus pecados,
el peligro de tu condenacion eterna, la vanidad de los bienes tras
que amias, la pequeñez de los gustos que procuras , la brevedad de
la vida que vives, la incertillumhre de la hora de tu muerte, el ri–
gor del justo Juez, la terriüili<lail <lel
infien~ o,
la espantosa ira <le
Dios que te
amen~za,
si no te reconcilias con él
y
vuelves
á
su
:1mistad, si no reformas tu interior, que tan estragado está con el
pecado mortal. Y al contrario, si te dispones
á
salir de él, Dios
está presto p·ara justificarte con su virtud, obrando en tu alma to–
do lo fJUe conviene para su hien, asistiendo en ella como Maestro
cu su cátellra ensefián<lola, como Hortelano en su jardin cultiván–
dola, como Rey en su reino ri giéndola, como padre de familias en
su casa gobernándola, como Sol en este mundo alumbrándola,
y
como el alma cu su cuerpo dfodolc vida espiritual , sentido y mo–
' 'imiento. Para esto Le mueve el corazon, porque conozcas lo que
antes ignorabas , eches de ve1 lo que antes no veias, adviertas en
lo que anLPs no reparabas, cJámlote luz
y
sentimiento de las verda–
des que aqui Ices, conocimiento de tus culpas, temor del castigo,
ti
olor <le la ofensa, esperanza del perdon, propósito de
la
enmieu–
da
y
deseo de confesa rte. Descúbrete la hermosura de las virtudes,
la gran<lrza de [los hie11 <'s eternos, la infinita Magestad que .has
ofendido, los innumerabl es beneficios que te ha hecho, la miseri–
cordia con
c¡11c
t.c ha esper;1ilo y
la
c:iridall con que te ofrece el per–
tlon
y
san tifi cacion
11e
Lu
al
111a.
Vuelve en tí
y
mira cuán mal paga
el
mundo
:1
qnicn le sirve, cufo amargos fines tienen los deleites,
cu<ln
::i
c'OsLa de
111
sa l111l, honra
y
vida sirves al demonio. Mira la
fo:ildatl de tus vicios,
la
pnblicidall de tus escándalos, la desuniou
de tus aficiones, el uescoucierLo de tus pensamientos, la sequellacl
de tu espíritu, la ob:;tiuacion de t.u voluntad. 1\'lira que ofendes al
:Eterno Padre que
Le
crió de
11;:11Ja ;
al Verbo encarnado que te re–
dimió co 11 su sangre; al Espíritu Santo, que te santificó en el hau-
(1)
JulJ
15.
num.
iG.-(':l) niallh.
17.
núm.
13.