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TERCER
FUNDA.MENTO
canza lle esto, menos tiene Je feliciJad. Y la causa es porque bus–
cais el sumo bien donJe no le hay, ni le pueile haber,
y
encon–
trnís con la meutira. Bueno es lo que busca is, pero no se hallará
Joml e lo bu scaís , que es en lo que Je bienl's tiene solo el nombre,
no la sustancia. ¿Pues Jón1le se hallará?
¿
DóULle? En vuestro cen–
tro, porque asi corno el punto en la circuuferencia es el centro de
las líneas , <londc
tienen toda su perfcccion cumplida, asi Dios
es el centro del hombre; en él descausa n sus deseos , en él está el
cumplimiento <le s11s gustos,
y
fuera de él no hay cosa que le sa–
tisfaga
(1).
El es el descan so de los suyos, dice san Scvcriuo Boe–
cio, el verle es el fin que satisface la capacidad J el apetito ; solo él
pueJe hartar al hombre' y fuera de el uing11na cosa le llena. Qué
bien sentía esto David, cuando dijo (2): ¿Qué tengo yo en el 'cielo
t}U~
sen para mí ciclo, fuera de tí, Seiior mio, que eres el ciclo
donde tiene mi voluntad su ciclo, que el ciclo sin Dios
110
es para
el hombre
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cielo? ¿Y qué hay en el munrlo tic codicia que se 1leba
querer sino Dios? Quien
á
Dios tiene, ¿q11é le falta? El es la me–
dida del Jeseo, él es el cc11Lro de la voluntad, y quien
á
él le tiene,
todo lo tiene. ¿Y Jómle le tendremos? Do11dc tl ejúreJcs las criatu–
ras y pusiéredcs la mira en el fin para que fui steis criaJos (5) No
os crió Dios parn seguir
vu~strns
gustos y autojos, ni pnra vivir
á
vuestras anchmas;
~ 1 i
para buscar riquezas perecederas, honras
muntl:rnas y deleites viles , sino para q11c le alabüscdes, sirviésedes
y
gozüsc1lcs para siempre alcanznntlo vuestro fin. l\Jas, ¡oh peligro–
sa locma ! ¡oh miserable devaneo 1lc los hijos de 'A1la11 ! ¡Qué ha–
yamos sido criados para servir
á
Dios y sirvamos al il cmomo !
¡
Qné
seamos herederos J e los bienes eternos
y
andemos a L11 scar los tem–
porales! ¡Qué el hombre criaJo para tan alto fiu se olviJe tic él
y
de si, y del mismo Dios! No Le oh
1
iJes tú, ni te 1l cjes llevar del
comun error 1lcl vulgo. Pon los ojos en el fin para que fui ste cria-
110,
y
persuádete que no has de hallar descanso hasta conseguirlo.
Para sí te crió Dios, este es tu fin, este el centro de tu alma, este
el tesoro <le tu corazo11 ; si lo alcanzares ser:is dichoso, si no muy
(t) Liu. 3. de Consol. mr.tro.
9.-(~)
Psal111 . 72.-(3) Eccl.
~7.