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Jlll U LHIOSNl.

289

ti

quien entiende en ellas : Dios le conserve ,

y

acreciente los dias

de la vida: Dios le ayude, y le Jé saluJ,

y

le lcva11te ílc la cama,

, y

le rcst.ituya en ella, si alguna vez le faltare: Dios le haga bien–

aventmado desJe esa ".ida ; y desde el suelo comience

á

gozar ele lo

que

etemame~te

gozará en el ciclo : Dios le libre de malos su–

cesos,

y

de las manos de sus enemigos : Dios se lo pague y le

favorezca,

y

consuele en sus dolores,

y

visite en sus enfermeJades:

Dios le aplique' las medicinas, le haga la cama, le mulla,

y

refres–

que la almohada, le limpie

el

sudor,

y

le sane de las dolencias del

cuerpo,

y

d~

los males del alma. ¿Qué mas pudiera decir un en–

fermo muy agradecido, de lo que dice este santo profeta rey? Yo

solo digo , que todas estas bendiciones las cumple Dios liberalmente

en esta vida,

y

en la otra;

y

creo que basta con lo que se ha dicho

de la limosna en comun;

y

así apuntaré ahora lo que se dche hacer

en cosa que tanto va, socorriendo al cuformo en las precisas nece–

sidades del alma; así en la el'lfermedacl peligrosa , como en el artí–

culo de la muerte;

y

mas si

el

enfermo es hombre de negocios, rico,

ó poderoso ; porque estos t.ales tieuen mas necesidad de esta limos–

na, que los pobres. Y no solo es el confeso1· quien la ha de hacer,

que (aunque e;, caridad propia suya) no está siempre tan

á

mano. De

todos es el hacer este oficio , para todos escl'ibo esto, para hombres,

y

muje1·es , para eclesiásticos

y

seglares, para los rnas amigos

y

alle–

gados,

y

para que cada uno sepa lo que conviene hacer, cuando

estuviere peligroso, y uo aguard.e

estarlo para hacerlo ,

11i

á

que

otro se lo diga.

En teniendo aviso de la enfermedad grave del pobre, del amigo,

del pariente ó conocido, te eut.rarüs por sus puertas,

y

consol arlo

has, mostrando pena

y

compasion Je su mal.

~i

fu ere confesor,

llamado para hacer este oficio <le caridad, y hallare que el enfermo

se muere,

y

que no ha recibido los Sacramentos, ni hecho testa–

mento, no

~e

turbe, ni aflija. llaga que llamen Ju ego al escribano

y al cura,

y

que traiga el Viático, y el Oleo:

y

en el

í.11

lerin mué–

vale á dolor de sus pecados, por ser hechos contra Dios c¡uc

h

amó, le hizo, le crió, le redimió, le perdonó tantas veces,

lt~

ha

librado del infierno, y le promete la gloria si

rnn ere

en su gracia ;

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