DE U. SATISFA.CCIOl'(
VOT.Ul'HA.RIA.
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se dolió de las bestias de Nínive; si se compadeció de . los Azocios
de Philistea; si ·se eoferueció viendo el rey Acab hurnillado, ¿ha de
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desampararte? ¿.ha de volver el rostro? ¿ha de negarte .su gracia?
ha
de escluiate su gloria? No por cierto, que sabe ·o 'ios
~nudar
de
pareceres, si tú mudas la vida en mejor ,
y
corriges tus m·alas ·cos–
tumbres. En el cristiano uo se consideran tanto los
principios~
como
el fin: Paulo comenzó mal,
y
acabó bien ; Ju1las comenzó bien ',
y
acabó mal; si tú has tenido los principios trabajosos, procura te–
ner un fin dichoso ; si andas con deseo del cielo ; si refrenas tu
carne, para que no se deje llevar de pensamientos vile>s ; si te olvi–
das de lo pasado, y anhelas por lo eterno, mejorándote cada dia,
siµ perdonarte faltas mínimas, perdonado eslüs.
Alégrate, pues los ángeles se alegran <le tu penitencia,
y
no
ceses .de llorar tus pecados, ni <le arder en el fuego de lá caridad,
como leño verde, que puesto en la lumbre) llora·,
y
arde: si
há
prendido en tu corazon Ja llama de
ta
cootriciou, llora , y ·duélclt!
de tus <mlpas,
y
alégrate de ese dolor, gózatc que te ha <lado Dios
espacio de penitencia,
y
porque te alcanzará su misericordia; por–
que aunque esté tu alma corriendo sangre cou los pecados de tu
vida pasada, será blanqueada
nrns
que la nieve con el jahon ·de la
penitencia ,
y
dejando <le hacl•r mal,
y
obrando ·!Jien, la aflicción
r
se convertirá en gusto ,
y
la dcsesperacion en confianza , y tu fla-
queza en fortaleza de Dios;
·y
el demonio corrido, avergonzado ,
y
vencido, dejará de afligirte:
y
si perseverare afligiéndote, dile
lo
que san Bernardo en semejante. afliccion : yo te confieso, que no
merezco el cielo, mas mi Sefíor Jesucristo lo posee, y lo merece
por dos títulos; el uno, · porque es Hijo de Dios ,
y
le viene de
derecho ; el otro, porque lo ganó con su pasion ; del segundo me
·"'
hace
á
mÍ. gracia
y ·
merced , y así le tengo yo bien merecido por
esta donacio.n , aunque he sido, y soy muy grande pecador.