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TRATADO TERCERO
ira y furor, y no te hallarás siempre arrepentido do lo que la cólera
ejecutó en un momento, y óbligado
á
perdonar muchos, por no
hahe1· perdonado
á
uno, y á sufrir muchas injurias, por no disimu·
lar una.
CAPITULO VI.
DE
i.A.
GULA.
Gula es un apetito <lesornado de comer y beber quebrantando el
ayuno,
ó
escediendo en la cantidad, tiempo y modo que pide la
templaza, sirviendo mas á la sensualidad, que
á
la necesidad, y
pretendiendo mas el deleite y gusto de la carne, que el sustento y
conservacion de la vida. De este ·vicio, dice san Agnstin, que pertur.
lia la memoria, entorpece los sentidos, confunde el entendimiento,
incita la sensualidad, turba la lengua, corrompe la sangre, debilita
los miembros, disminuye la vida, quita la salud, y causa muertes
arrebatadas.
RE!UEDIOs CONTRA LA GULA.
El primero es la abstineucia y ayuno, con lo cual fácilmente se
deja entender, que se cura este vicio, como un contra.río con otro;
y
no solo vence
á
la gula, sino
á
Loilos los vicios que la acompañan;
porque el ayuno, dice san Crisóstomo (
1),
es imiLacion de los án–
geles, desprecio de las cosas presentes, esencia de oracion,
su~tento
del alma, y freno dt> la lengua; él mitiga el ardor de la concupis–
cencia, y los deleites sensuales, reprime el furor, aplaca la ira, ador–
mece las pasiones y movimientos desordenados de la naturaleza, avi–
va y despierta la razon, ilustra el alma: aligera el cuerpo ,
é
impide
las ilusiones del espíritu inmundo, y las representaciones torpes Je los
sueños. Las acciones del que ayuna son modestas, sus palabras
rncJi<las, sus pensamientos castos, sus deseos buenos; su templanza
(1)
Scrm.
1 de Jejun.