llll LA.
SA.ÚSFACClON
OBLIGA.TORIA..
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ÍÍna palabra airadá
(1),
ó
afrentosa,
ó
hiciste alguna cosa tan ·mal
hecha
~
que te obliga
·á
·<lejar tu casa, tu tiena,
ó
gastar Iá hacien–
da:
¿
c1ué
tri_steza, que
des~sosiego,
qué inquietud , y · pesadumbre
tienes coi1tigo? Pues ya, ¿qué padeces por vengarte? Andas· cú–
gado de· hierro, pierdes el suefió, no hallas gusto , ni lé tienes en
nada; póneste á riesgo de estar mucho tiempo en CLÍrceles, y cala–
bozos, donde te has de mostrar humilde al juez, y sujeto al alcai-
1le; has de ser afable con sus ministras, cortés· con quien no lo es,
y liberal con el escribano, procurador y ahogado; has de agasajar
:í
quien te cansa, pagar al que te ofende, y sufrir
á
quien te sigue,
espnesto á que te clen crueles tormentos,
y
á que te quiten afren–
tosamente la vida. Dime si es mayor la pena que se siente en ·eso,
que la que sintieras en reportarte, y vencerte : claro está que sí;
y
mas si aprendes que te tienen por imprudente, por no saher 1·epor–
tar, y que te dicen ·aquello de los proverbios ·: el necio derrama lue–
go la ma-ldita, y á todos dá parte de su ira ; y el ruin siempre bus–
ca
pesadumbres~
y
·rencillas. No te iguales con los mayores, ni
pienses que hay otro ·peor que tú;
y
así te reportarás, y no te sen–
Ürás de nada,
y
sujetarás esa tu irn
¡1
la razon, como el
mast~n ~u
irnscible á la voz.
<le
su pastor : Vcreis, dice san Basilio
(~)
, 1111
mdstinazo bravo en uu rebar'ío de ovejas, hecho la misma fiereza, cu–
yo
oficio parece que es ladrar, acometer, regañar, y morder
a
cuai1tos d.esconace, salir como un leon
á
las pasageros, tan furioso
que los quiere despedazar, y comérselos
á
bocados;
siéntelo.el. pas–
tor, enójase con él, dále un grito ; veréi s\o cómo se detiene, cómo
se amansa; cómo vuelve
á
su sel'ior temeroso, y humilde, cosién–
close can la tierra, y como pidiéndole penitencia de su
esc<~so.
Este
inismo oficio debiera hacer la razou en
tí;
pero si te dü un grito,
y
muchas voces,
y
no se reporta tu
ira~
inferior quedas en eso al
perro mas furioso, él te gana en la obediencia q11e tiene
á
su due–
ño;
·y
si tú na obedeces
á
la razon ·, por ser tan falto de ella , oye
la voz de Jesucristo ·tu Pastor, qué dice: llctentc, uo des lugar
á
la ira, que atesoras ira pai·a el dia de la ira: repórtate,
y
deja esa
(t)
!111b.
in Ps. 6i.-(2) Hom.
10, de lnvirl.