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Tll1TADO TEllCIH\O.

ira, refrena la lengua ,

y

de recudida gobierna al hombre, consér–

vale en paz, rige sus acciones, quebranta el ímpetu de la lujuria,

reprime la soberbia, apaga la envidia, refrena la potencia de los

ricos, alivia la miseria de los pobres, defiei;ide en las vírgenes su

dichosa entereza, en las viudas su penosa continencia, en los casa·

dos la

fo,

y

amor igual,

y

correspon<liente; hace humildes en las

cosas prósperas, fuertes en las adversas, sufridos en los agravios

y

enfermedades; mueve

á

perdonar de presto al que te agravió,

y

si

t.ú

le agravias,

á

que le pidas perdon; ella vence las tentaciones,

y

da glorioso fin

á

los mártires;

y

al fin mejor es

el

varon sufrido que

el esforzado. La

ir~

es un punto,

y

quien la deja pasar hace mu–

cho; no pienses que es injuria lo que el otro te dice,

ó

hace, sino

aprension tuya;

y

si lo es, que no lo hace á mal hacer, ni a<lrede,

y

si adrede, que no ve lo que hace, porque está ciego de la pasion,

y

110

te ofende;

y

si te ofende, que no se satisface la ofeosa por airarte

tú, sino se acrecienta con la que

le haces

á

Dios, airándote;

y

si

él se ofende,

quedas mas desacrerlita<lo cou los buenos,

y

el otro

ufano de haberte ofendido,

y

agraviado;

y

si no hicieras caso, que–

<lará él corrido,

y

avergonzado,

y

gustoso de haberte vencido,

y

disimulado. Si alguno te pica, ó salpica con sal,

ó

donaire, no te

des por entendido: si hablan mal de

tí,

donde tú lo oigas, échalo

en burla,

y

diles lo que el rey Anlígono dijo

á

los soldados, que

murmuraban ·de él á sus oidos:

Hola,

soldados bahlen mas bajo,

ó

apártense un poco mas allá, qu e los oye el

rey:

si te refieren de al–

gun apa sionado, que en dichos,

ó

en hechos no te hace buenas

ause1H.:i:is, responde lo qu eEpiteclo. No sabe esa persona mis vicios,

y

pecados, que si bi en los supiera, mu cho mas pudiera hacer

y

decir

contra mí;

y

no seas curioso en saber lo que dice ó hace,

y

esc11-

sarás pesadumbres.

El tercer remedio es el rjemplo de Cristo nu es tro Senor. Si te

llaman necio,

é

idiota, acu érdate que Jos judíos dijeron á la salii–

<luría de Dios, fü11naritano eres,

y

endemoniado estás. Si

le da11

una bofetada, si te escupen á la cara, lo mismo sufrió tn Seño r,

sin huir el rostro de los que le escupían,

y

abofeteaban; lcvántantc

algun falso testimonio, muchos le levan taron

á

Dios : quítantc la