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festarles la importancia de la inocencia, les di–
jo: ''Dejad que los niños se acerquen á mí; por–
que el reino de los Cielos es para los que se les
parecen.,' Y algun tiempo desp ues , como cues–
tionasen sus discípulos sobre cual seria el mas
grande en los Cielos, llamó
á
un niño
y
ponien–
dole en medio de ellos, les dijo: " Si no os con··
vertis y os haceis como los niños no entrareis
en el reino de los Cielos; el qu e reciba á uno de ·
estos niños en mi nombre, me recibe
á
mí;
y
si
alguno escandaliza á uno de estos niños, mas le
valiera que le atasen al cuello una rueda de mo–
lino
y
lo precipitasen al fondo del mar. Guar–
daos de despreciar á Jos niños porque sus Ange–
·Jes contemplan sin cesar el rostro de mi padre."
Ademas de estas pnrábolas son muy célebres la
del sembi'ador, la de la zizaña
y
el trigo, la de
buen pastor, la de las diez virgenes
y
ostras
ruu-
. chas que seria largo enumerar.
Jllilag:n.'"os ob:a--ados
po1"
Jesucristo
- Para manifestar la divinidad de su mision
Jesus obró· muchos milagros que llenaban de
admiracion al pueblo
y
confundian á sus enemi–
gos. E11tre estos milngros son los mas notables la
resurreccion de la hija de Jairo, Ja del hijo de
la
viuda de Nain, la curacion del ciego de naci–
miento
y
sobre todo la resurreccion de Lázaro.
Un gefe de la Sinagoga de Capharnaun llama–
do Jairo, se présentó un día á Jesus
y
le dijo :
" Señor, mi hija está muriendose, ven impon
tus manos sobre ella
y
vivirá.,, Jesus, acompa- -
ñado de sus discípulos siguió á Jairo. Por el·
camino una muger que hacia doce años padecía
,