ciclo, si subieras siquiera en este dia lo que
puede traerte la paz! Vendrá tiempo en que tus
enemigos te encerrarán en sus trincheras
y
te
estrecharán por todas parles, te derrivarán en
tierra
á
tí
y
á
tus hijos que estén en tu seno;
y
no dejRrán de tí piedra sobre piedra, porque
no has conocido .los dias en que has sido visi–
tada.-»
Jesus fué en seguida al templo
y
habiendo
encontrado en él una multitud de mercaderes
qf.lecompraban
y
vendian, los arrojó diciendo :
" Escrito está ; mi cnsa es de oracion
y
voso–
tros la haceis cueva de ladrones." Despues curó
á
los ciegos
y
cojos que estaban en el templo ;
por lo que el pueblo gritaba : "¡Bendito sea el
que viene en el nombre del :Señor
! "
Los escri–
bas
y
Sacerdotes, escandalizados por estas acla–
maciones, pidieron
á
Jesus que hiciera callar
á
sus discípulos; pero él les contestó: ''Si ellos se
callan hablarán las piedras. "
Deseando los enemigos de Jesus encontrar
alguna falta en su doctrina le hicieron algunas
preguntas capciosas : " Maestro, le dijeron una
vez, sabemos que
tú
eres verídico ; dinos, ¿es
permitido pagar el tributo al César?'
1
Cono–
ciendo Jesus su intencion les contestó:"¿ Por
qué me tentais hipócritas? enseñadme la mone–
da.¿ De quién es esta imágen?'1 "De César, "le
contestaron. "Dad pues al César lo que es del
César
y
á
Dios lo que es de Dios," dijo Jesus ;
y
sus enemigos se
re~iraron
admirados.
En otra ocasion los Saduceos le hacian pre–
guntas sobre la inmortalidad
én
que ellos no