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en sus preguntas, y enlónces les dijo :
,,El
que
esté sin pecado que tire contra ella la primera
piedra," y continuó escribiendo. Los que le es–
cuchaban se alejaron unos tras otros ;
y
vol–
viendose Jesus á la muger le dijo : "-¿Dónde
están tus acusadores? ¿Ninguno te ha condena–
do?" -
"Ninguno, Señor," contestó la muger.
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,,y
yo tampoco te condenaré, repuso Jesus,
anda y no peques mas." Dcspue
continu ó re–
corriendo las ciudades, instruyendo al pu eblo,
curando
á
los enfermos, dando las mas saluda–
bles lecciones á sus discípulos y fortificandolos
en su fé porque ya se acercaba la época de su
pasion.
Parabolas ele
jesu.c:a.--is to-EI
Salvndor
acostumbraba valerse de parabolas para poner su
doctrina a1 alcance del pueblo ignorante, atacar
los vicios de los endurecidos fariseos y enseñar
con ejemplos á sus sencillos discípulos. Llámase
parábola la narracion de un acontecimiento que
se finje ó inventa para deducir de él lecciones
de moral práctica, ó verdades sencillas para la
instruccion de los oyentes. Aunque no sea posi–
ble ocuparnos de todas las parábolas, indicare–
mos las mas notables.
Habiendo preguntado á Jesus un doctor en la
ley, quién era el prógimo ; le respondió :
«
Un
hombre que bajaba de Jerusalem
á
Jericó cayó
en poder de unos ladrones, que despues de ha–
berle quitado cuanto llevaba, lo hirieron y se
fueron dcjandole casi muerto. Poco despues
pasó por ese lugar un Sacerdote, y habiendo
visto al herido continuó su camino. En seguida