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Mi!an, bajo el nombre de Clemente
111,
y
al fren–
te de un poderoso ejército atacó
á
Rodolfo que
fué muerto por Godofredo de Boullon en la ba–
talla de \Vólksheim. Vencedor
y
libre de su ri–
val entró en Italia
y
se hizo coronar solem·ne–
mente por su antipapa en Milan
y
Roma. Hilde–
brando sitiado en el Castillo de San Angelo fu'é
libertado por Roberto Guiscardo, duque de Ca–
labria; pero no en contrandose seguro en Roma
sa retiró
á
SHler-no,
en
donde murió exclaman–
do: «He amado la justicia
y
aborrecido la iniqui–
dad; por eso mu ero en el destierro.,,
(1085 )
Pa–
pa eminente, virtuoso
y
sábio, la humanidad le
ha honrado con el titulo de Granrle
y
la Iglesi'a
con el de Santo. A la mu erte de Hildebrando la
silla apóst olica quedó vacante cerca de un año,
porque el electo Víctor llL juzgandoze indigno
de su cceder
á
tan
~ran
Pontífice, permaneció en•
cerrado en el monest.arJio del monte Casino. Pe–
ro
bien pronto subi ó al pontificado Urbano
II,
que anin1<:1do de las mismas id eas de Gregorío
VII
continuó la gu erra . EL emperador volvió
á
pasar los Alpes, pero su hijo Enrique se subl evó
y
le puso preso;
y
aunque Enrique
IV
logró
fu–
gar, murió cuando se preparaba
a
emprender
nna nu·eva guerra. Poco despues muri ó Urbano
JI;
y
cansados ambos partidos de la lucha s·e
celebró entre Calixto
11
y
Enrique V el Concor–
dato de
Worms,
por el que el emperador renun–
ció el derecho de la
investidura
con el b á culó
y
el anillo, aunqu<' conservó ingerencia en Ja élec–
cion de los obsispos ; terminando así la guerrá.
Cruzadas, sus
eausas-Llámanse cru-