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, Vi .ID A
•
I
lemnemente las proposiciones del doctor en presenda de
una infinidad de personas que habian concurrido
á
este
espectáculo, como al triunfo de ta santísima Vírgen,
y
qiéron mil bendiciones y aplausos al,obispo y· á la uni–
versidad. El negocio fQe llevado al papa, quien, despues
de un exámen de cerca de un año, confirmó- la sentencia
del obispo y la censura de la universidad; .pero habien- ·
do rehusatlo someterse el doctor al juicio del papa, éste
le excomulgó á él y todos sus adherentes•
. La universidad
de París, no contenta con haber de–
fendido con tanto
ze.lola ,inmaculada iconcepcion .de la
santísima Vírge.n, l(\ , que rdespues de· algun tiempo · que–
rían algunos poner en duda, resolvió no_a,dmitir en ade–
lante á ninguno al gradó de doctor, que no se hubiese
obligado antes con juraqiento
á
creer y defender que la
santísima Vírgen fue preserva
da 'del pecado-original por
.11na gracia ·especi3'1.· Hízose .las fórmu.la,.
Ar,
e$ i ~ jura~en•
to', la que fue aprobad.a, en las Junta del
3;
Ciel ·6, del 9
de marzo, y del
23
de agosto de· 1497 Ea acta de ju–
ramento dice, que los antiguos doctores de la facultad se
habían propuesto combatir
y
extirpar todos los errores;
pero sobre todo
lus·
que atacaban.
la
dignida a :de Ha
pu""'
rísima y gloriosísima Madne de
Di0:S;
que habiéc:rdos-e
? gi•
tado en el siglo precedente la disputa ·sqhr.e: la
inma-U t!lla.~da concepcion con mas calor de lo regular, habia11' s:us-
- pendido desde luego su juicio,
é
iaclinán
dósedespues a-1
partido que era mas favorecido
á"
l\1a
ía ,
qt.iehabh1n ·
re~
futado la vana temeridad de los-iqn e s im prueba · aJguna
sólida defendian p·ertinazmente que la Vífgen había sido
envuelta en la masa comun; .de suerte, que habian
pro~
nunciado
y
decidido , que la opinion contraria que exi–
mia á María de la ley general era muy conforme
á
la
piedad de la
fe,
á
la recta razon y
á
las santas E scritu–
ras: que pocos años des'pwes de esta determinacion se tra–
t ó el mismo punto en el concilio general de Basiléa, en
el q1:1e' despues de un exámen muy exacto' se prohibió,
so pena de incurrir en la indignacion del cielo, el defen–
der la opinion contraria; que habiendo sido recibido es–
te santo decreto por el consentimiento de todas las igle–
sias, y con aprobacion de todo el pueblo cristiano, la
fa.
cultad no podía admirar bastante. el insolente orgullo, la