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DE LA SAN'TISIMA VIRGEN.
.349
eío.
Son dignas de
port~,rse
aquí todas sús
pálabras:
Qute
autem digni, absque pt:a;,judicio sane dicta sint sanius sapien–
tis. Romance presertim Ecclesice auctoritati atque examini
totum hoc, sicut et ccetera quce ejusmodi sunt universa re–
servo, ipsius, si quid aliter 1tapio, püratus j ttdicio emen–
dare.
Esta docilidad de san Be rnardo
á
la autoridad de la
santa Sede
i
puede hacer dudar un instante sobre el par –
tido que hubiera tomado, si hubiera visto á la san t a Se–
de declararse tan abiertamente, como lo ha hecho despues,
en favor _de
la
inmaculada concepcion, de la que ha orde–
nado se celebre fiesta con oc ta va en tod a la
lgles ia~
E s •evi–
dente que la carta de san Berqardo
á
los canónigos de Leon
no es sobre la doctrina de la inmaculada concepcion de la
- santísima Vírgen, sino solo sobre el establecimiento antici–
pado de la '-fiesta sin consultar
á
la santa Sede;
y
esto es lo
que únicamente -reprueba el santo'Abad.
La iglesia de Leon recibió esta carta con respeto,
y
ala–
bó el ze16 d'e san Bernardo; pero
no
la hizo fuerza su re–
presentacion,
y
así prosigtlió .en 'celebrar la fiesta de la in–
maculada Concepcion cada vez con mas solemnidad;
y
aun
se
puede decir, que como en toda la cristiandad quizá
no
ha.y. iglesia particular mas noble, mas ilustre
y
mas respe–
table que la de Leon, quizá tampoco hay ótra mas zelosa
de la gloria y culto de la santisima Vírgen. Sus ritos
y
sus
usos. épocas sagradas de la mas venerable antigüedad, pu–
blican bastante cuál es su devocion
á
la vírgen María.
No
ha y una de sus fiestas que no se celebre con
solemnida~.
En
cualquiera de éllas asisterr
siempre
doce ministros al
altar. Jamás se pronuncia en el oficio el santo nombre
de
María,
sin que se haga
ó
una genuflexíon, ó una inclina–
cion de cabeza en señal de respeto. Todos los dias al fin de
completas se canta una antífona
y
una oracion particular
á
honra suya;
y
cinco veces al año se ven todos los indiv i–
duos de este ilustre cuerpo, con velas encendidas en las ma–
nos, cantar himnos de alabanzas
y
de accion de gracias
en
honra de la santísima Vírgen. Lo que añaden a l
Gloría in
excelsis,
durante la misa, es una prueba de su insi gne de–
vocion,
y
no la menor.
Qui tollis peccata mundi,
dicen,
..
suscipe deprecationem nostram ad Marice glor iam:
Tú que
quitas los pecados del mundo, recibe nuestras súplicas para
1gloria de
María.
{¿uoniam tu solus Sanctus, Mariam sane-