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VIDA
guiéron los mas vivos sentimientos de reconocimiento, de
respeto
y
de devocion. El proyecto se puso al punto en
execucion, segun el plan delineado por la nieve milagro–
sa; .
y
en poco tiempo
s~
edificó la Iglesia á expensas del
patricio Juan.
.
,
· i
El milagro era demasiado patente para no excitar la
dev·ocion pública. Todo el mundo miró esta iglesia como
un lugar santo, y singularmente privilegiado por la elec–
cion particular que habia hecho de él la santísima
Vír~
gein .. Aunque
y·a
había en Roma , como en todas partes,
or~t&rios
consagrados
á
Dios ,
y
dedicados_á honra de la
santísima Vírgen; con todo, esta ·fµe la primera iglesia
que en Roma se edificó,
y
dedicó baxo el título especial
de
la Madre de Dios, cuya dedicacion celebra la Iglesia
, el dia
5
de agosto. Era justo que despues de la dedic_acion
de
la iglesia de1Salvador, llamada san Juan de Letran,
se celebirase la dedicacion. de la iglesia de 1santa
~aría
la Mayor, comunmente llamada nuestra señora de las
Nie,ves. )
1
,
,1
'
La fiesta del santo Rosario.
Nadie ignorá que el
ros~~io,
compuesto de quince de–
cenas de cuentas, para rezar otras ' tantas
Ave Marías
á
honra de· lá santísima Vírgen, es una de
l~s
mas santas
pr
1
ácticas ' de devocion que hay entre los fieles. Se sabe
que al gran santo Domingo, fundador de la famosa ór–
den de Predicadores, se le debe este devoto método de
orar, el que enseñó el Santo en consecmmcia de una apa–
ricion que tuvo de 'la santísima Vírgen el año
1028
mien..
tras que predicaba
á
los albigenses,. del cual se sirvió con
tanto frutó
~para
fa.
conversion de:est0s hereges: Este gran
Sañto en lugar de echar mano, como lo habia hecho has·
ta entonces, de las disputas
y
con.troversias, las cuales
'
pueden confundir á los hereges, pero no siempre los con–
vierten, se aplicó des pues de esta celestial
V
ision sola–
mente
á
predicar las grandezas
y
excelencias de la
1
Ma–
dre Dios,
y
á explicar
~
los pueblos la utilidad
y
las ven–
tajas del rosario. Mas
d~
cien mil hereges..convertidos,
y ·
un sin número de famosos pecadores, sacados del hábito