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da cual segun su edad, su estado,
BU
sexo
y
su capacidad.
Instruidos san J oaquin
y
sant a Ana en aquello del Sá bio:
Si has hecho voto
á
Dios, no dilat es su curnplimiento,
des–
de que viéron que su santa Hija teni a mas prudencia y mas
virtud
á
los tres años, que los otros ni ños
á
los quince, re–
solviéron cumplir su voto , cu yo c umplimiento solicitaba
su santa Hija con un ardor extraord ina r io.
,
,
DE LA SANTISIMA VIRGE-N.
·-:
Esta piadosa ce remonia se hacia s iempre con solemni–
dad; los pfi dres, acompaüados de t oda la parentela, lle–
vaban sus hij os al
tem~lo :
habiendo el padre y la madre
presentado el niño al sacerdote a l pie del altar, le decían
el voto que habian hecho de consagra r su hijo al templo;
y
despues de ci er tas oraciones , el sacerdote le adm itia
solemne1nente en el número de los ministros
ó
sirvientes
de la casa de Dios, h as ta un t iem po determinado ;
y
es–
to es lo que se llamaba prestar un niño al Señor, segun el
lenguage de la E sc r itu ra :
l dcirco et eg o cornmodavi ewn
Domino;
por eso le he pres tado a l Seño r , decia Ana, ma–
dre de Samuel, cuando fue
á
presentarle en el templ o.
Isidoro de T esalónica dice que la ceremonia de la pre–
sentacion de la santísima Vírgen en el tem plo de Je rusa–
len se hizo con un aparato extrao rd inario : que no olo
quiso acompañarla toda la parentela,
sino
que por una
i ns piraci on secreta de la divin a Provi d nc ia , cuyo mis te–
rio se ignoraba , todas las personas de dí ti ncion de Jer u–
salen q uisié ron asistirá esta a u'gusta ceremonia, miént ras
que los ángeles acom pañaban y celebraba n con sus d ul–
ees cánticos esta fi es t a. No se sabe quién fue el sacerdote
que recibió á e ta incompara ble Vírgen . San German, pa–
t r iarca de C onst a ntino pla ,
y
J orge de N icomedia , ti enen
por veris imil que fu e sa n Zacarías, padre de san J uan
Bautista. E sta p resen tacion fu e , sin duda, acompañada
de algun sacrifi c io , como lo fu e la de SamueJ ; pero el
que hizo entonces
á
D ios es ta bienaventu rada Niñ a de to–
do cuanto era
y
t eni a , f ue de un valor
y
de un mé rito
m ucho 1na_yor delan te de Dios , que t odas las víctimas
inmoladas .
L as otras niñas que se presentaban en la menor edad
para ser consagradas al servicio del t c-m pJG , como la
mayor parte de éll as no tenian todavía el uso d e la razon,
no sabian lo que se
h~cia
de éllas en esta ceremonia, y