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VIDA "'

§.

IX•

.

Del·

santo

nombre 'de.

María.

Como san

J~a·quih

y

santa Ana éran los

~as e~actos

en

observa r la !ey, no dexáron de cumplir .con lo que pres-.

cribia· se f:iiciese el dia 9 ·despues. del nacimiento de las

. niñas: ·una de las ceremonias legales era ponerles nom–

bre

á

las

niñas

en este dia

;·y

así luego que hubo llega–

do, Ja pusiéron

su hija el misterioso nombre de María,

el cu a l significa en siriaco

señora

soberana;

y

en hebreo

estrella del mar,

que guia segu-ramente al'. puerco,

y

que

el pilow no .pierdejamás de vista, durante la nodíe, sin pe–

ligro de ·naufragar. No se sabe si se la puso este nombre por

alguna revelacion particular; pero no hay duda;dicer:i los .

santos padres, que se le impuso. Dios; pues .élla sola debía

.llevar toda·

su

significacion,

y

todos los misterios.. que

en–

cierra en sí dicho nombre. Las tres Personas

de

la santísi–

ma

Trinidad te· pusiéron un nombre tan santo

y

tan respe–

table, Vírgen santísima., canta el sábio y devoto Raymun-

' do Jordan, preboste de Usez en

1351, y

despues abad dé

Celles, conocido baxo el sobrenombre del Sábio idiota,

pa–

ra que oyéndole pronunciar se arrodillen todas las potes·

tades del cielo, de la tierra

y

de lo-s infiernos•.Este nombre,

añade

el mismo,

es

de t anta virtud

y

excelencia, que·el

cielo

se rie, la tierra se alegra,

y

hasta los ángeles saltan de

go–

zo siempre que se pronuncia;

Dedit tibi Maria tota Trini–

tas nomen, & c.

.

No podia tener

la

Madre de

Dios,

dice

san Bern.ardo, nombre que la conviniera mas bien que el

de María, ni que mas bien sigñificara su excelencia

y

sus

'grandezas. María, continúa el

Santo,~

es aq.uella

h~rmosa

y

brillante· estrella,

elev~da

sobre ·este yasto

y

espacioso

mar del mundo: élla guía

á

los que están eITTbarcados..so–

bre este tempestuoso mar: perder de vista

á

esta estrella,

es.exponerse

á

un evidente peligro de extraviarse, de dar

bien presto contra los escóllos,

y

padecer un triste naufra–

gio:

Ne avertas oculos á fulgo1·e hujus syderfr, si non vis

ob1·ui

proce!Hs.

Las tempestades son frecuentes· en ·este vas·

to mar ( habla el mismo Padre):

á

cada paso se encuen-