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DE LA
SANTÍSIMA
VÍRGEN.
247
ha dicho, el · perfeéto. uso
de la · razon, desde entonces fu e
ilu11.trac:t-o.
su
espíritu
co~ ·
todas.la~lu'ces de la sabiduría,
y
enr1qqec1do de todos los
co~oc1m1enros
naturales y mora–
les. Este ins,igne favor, esta gracia de predileccion fue tan
abunqante, que sobrepujó
á
la de todos los sa ntos,
y
de
tod
as lascelestiales inteligencias, dice san Vicente
Ferrer;
de
mo.io,que .en el primer instante
de
su vida fue ya
Ma–
ría
m'.ls pura, mas S!=llJ:ta
.y
mas agradable
á
los ojos
de· Dios; que todós los predestinados juntos al
fi p
de
su
carrera. ··
.
Veis aquí lo que fue la santísima Vírgen, no digo án–
tes de nacer,_ sino desde del primer instante de su con..
cepcion. Concebid, si es posible, lo que sería
~n
adelan–
te por el santo uso que sin interrupcion hizo de un tan
rico
fon~o
de
v~rtudes
y
de don-es sobrenaturales. Jamás
tuvo
ociosa
ningu:na de sus cualiq'1cles infusas, ni ningu:–
no
de sus talentos naturales. Desde su inmaculada concep·
cion todo
su
espíritu se aplicó y dedicó
á
conocer
y
á
alabar
á
Dios; todo su
~orazon
, toda su alma
á
amar–
·le con el amor .mas puro, mas encendido, mas perfecto
y
mas tiern'o, dice sa·n .Bernardo. En
la
santísima Vírgen
jamás. hubo momento vacío; j amás hubo dones infruc–
tuosos, jamás hubo gracia ineficaz: desde el primer ins –
tante de
su
concepcion no perdió jamás un solo instante,
ni
cesó un solo instante de amar á
Dios
cuanto podia
amarle con aquella sobreabundancia
de
gracias de que
estaba llena.
i
Cuál debió ser el tesr>ro de merecimientos
de
que :
fue en'riquecida en aquellos nueve meses que pasó
en
el vientre de su
madre~
María, dice el mismo Santo,
recibió tanta grada, cuanta se pude dará una pura cria–
tura. No debemos admirarnos de los
término~
enfáticos
.de que se sirven todos. los santo.s padres cuando hablan
de
la gracia-de que fue colmada la santísima Vírgen
desde
el
primer instante de
._su
vida. San Epifanio -dice que
es–
ta gracia es inmensa: san Agustín que es inefable: san Juan
Cri.sóstomo llama á María
el
tesoro de todas las gracias:
san Gerónimo dice que la gracia se derramó toda
en su
seno. A los mas grandes santos
se
les dió
la
grada
COQ
medida; pero en María
se
in(undió toda
la
ple~itud
de
la
gracia (
Serm.
de
Assumpt.
).
"