zr3
stfc_viUo.
Sín1 ~1fñ~á~Ó
9 la
q~
r.efrrió-1
e?r. sar~y.aimrg~lio
·pue..·
d<!tl
baliVar.::tp~ a> ~rrv~filaerEá.'
t
ddmes:pu.ituen
qtl1en
haya
q
U
eéJ_a1ll
01fa..
'"'>rnenblt•:Vi'sl
a
f:n
!&
tre ;de.. ju
id·a,
yf :e1m nor
n 1
y
o de
ra:?Jon;
" y
para
lil~cer
sétttir:
á
los ingen los mas lim icados,
á
Jlos enlencUméeñtos fllta s' robséuros
~
y
ái
los ho :nb res mas
br~né<[~ y-:í:tHí'8~1 v~ges~a<frrei
carácter
de ·sabidu ría in finita,
de
santida
d in~n'.1ézé)fa,ry:-cte:.omdápotencfa: qtJe
re · landece
ent_ooa
la
widlalitesjesucvis.to,y
hace:
§trw.
r dadero re trato.
N·a
hay
ra ~go i<!}u'e • rtó
ae·muéstre in venciblcmente su
di
V
ini–
dad,
aun
á ~los
mas :incrédulos por mas libertinos que s an.
En efecto,
i
quién nó-ve
claramente,
po r solos los hechos
lncontestables;:tque:1Je..sucristo vino·al. mundo p rec isamente
en :el tiem
~o
señia1'ad0' '
pon
Jos · pr.ofetás '
y
c
on toaas las
circunstaO.cias-'qu~ ' d~biah
c i r'acteri
á1 ,, p_o,r
de.cirlo a sí,
et
nacimiento del Mesías,
y
la
f.aimosa
época de
suvenida~
Todo
el antiguo Testamento
está
1leno <le figuras
proféti–
cas de este divino libertador: l\fanifi éstese una sola que Je–
sucristo no haya
cumplido;
i
qué rasgo de su vida, de su
pasion ·y d€ su muerte no es
1
la
pintura
que
!os
profetas ha–
bian aecho ' de
'él
mas
de;
mil años ántes? El mismo dixo
positivarriente, que era hijo de Dios, que era el Mesías
prometido,
y
lo probó
y
demostró;
i
pero
con
cuántos
milagros~
i
y
no subsiste.
todaví¿i el mas
estupendo, el
1nas persuasivo de todos estos
milagros segun
el
sentir
Qe tqdqs }'"s
san_tos_l?P.~, i ~f>Q?)O ·~~!Jw~
r
g~: pue~tros
pro–
pios ojos eh
la abolicion , en
la
ruina
tot al del pagan
is:.
_mo despues del nacimiento de Jesucristo,
y
en el mila–
groso establecimiento
del
c ri scianisrno por todo
el
uni-
. verso sobre
las·
ruiiftas
de
lal
idolat rlfE
i(
1.
r
Jonn.
5. )
~
Ht:ec ·est1
vict~r,ia:q-atE
vinciJ mundu,.,,ifif(es
1
noS<tra.
La vic–
toria
•qae- la ferha
coo_:seg.uldor:qmtQd© e1
ruunqo,
pu
r.gáa–
dole rde todas llas supersticiones pagao:.as' es
un
m flagro
visible
y
.permanente.
.
,
~
r
• ...,
-
1
,
EÑ@R
Es preciso
confesar
que la pironipete.ncia
~la
divinidad
de Jesucristo se
manifiestan
ale ...urua
man~ ra
sensibl
1
e
1en',lá
conversion de todo'
~el
universo;
E-sta
_e.s una P.e aquellas
verdades palpables _del primer 9rden1, tran evidente, ,que
hasta los sentidos, por decirlo así,
se1
ven precisados
á
servir
á
su infalibilidad. El
desar r~glo
de las costum0 res
puede
llegará obscurecer
esta
ev
1
idenda;
pero
par~ello
ha
de debilitar
antes,
ha .de.apagar
las
·u~es ~as
co1ntJnes
de
Temo VI.
O 3