_,
SENOR NUESTRO.
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de
J
esus,
y
~1
desagravio de los ultrajes que recibe en la di–
vina Eucaristía de la enorme ingratitud de los hombres;
aunque esta sólida devocion sea tan antigua,
y
siempre
b.a ya sido tan de la aprobacion
y
del gusto de los mas
grandes santos, co
mo se puede ver en el libro intitulado:
devocion al sagrado
Coraz.onde Jesus,
que el au tor de es-
·ta historia ha dado
al público; parece que no se ha reno–
vado en estos últimos tiempos sino para hacer revivir
aquel primer fervor casi apagado el dia de hoy en lama-
.yor
par~e
de los cristianos..
·
.
~ A
la verdad, como el adorable Corazon de Jesucristo
Señor nuestro, es el santuario de la santidad del mi-smo
Dios; co1no todos sus movimientos ppr la dignidad de la
persona divina que los obra, son de un valor infinito; co–
mo este divino Corazon no solo es el asiento del inmenso
amqr que Jesucr-isto nos tiene, siho tambien el _Ó-r-gano de
este a1nor; como en este sagrado Corazon nacen todos los
sentimientos de dulzura, de bondad
y
de misericordia que
este divino Salvador nos manifiesta; como este Corazones
~l
manantial
y
el tesoro de todos los favores
y
beneficios
de que somos colmados; como es el asiló de los pecadóres,
y
la mas dulce morada de las almas santas; finalmente,
como este divino Corazon fue como la ofi cina en donde
se formó el plan de todos los sagrados misterios de la vi–
da y 1nuerte de Jesucristo, no ha y que extrañar el que
todos los Santos hayan honrado
á
este sagrado Corazon
con u-n culto tan religioso, y le hayan profesado tan tier–
na devocion..
·
(S. Bernardus de Pas. Serm.
3. ).
tr
¡Oh dulcísimo Jesus
"exclama san Bernardo, qué de riquezas encerrais en vues–
" tro sagrado Corazon
!
i
Es creíble que los homb res no
"sientan lo mucho que pierden por su indiferencia ,
y
"por el olvido que tienen á este adorable Corazon
~ .
Por·
,, lo que á mí toca,
aña~e
el santo Doctor ,
yo
nada omi–
" tiré para ganarle
y
poseerle., y le consag raré desde hoy
"todos mis pensamientos: sus sentimientos y sus deseos
"serán los inios; y en fin, lo daré todo, todo lo sacrifica–
" ré por comprar este tesoro.
i
Pero qué necesidad hay de
"comprarle, con.tinúa el santo Doctor., siendo como es
"'verdaderamente mio? El cora.zon de Jesus (lo digo con
"confianza) el corazoz:i de
Jesus
es
mi0,
pues es de mi ca-