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2 VIDA DE CRISTO
§. I.
El misterio de la Encarnacion del Verbo divino.
Crió ~n la inocencia al primer hombre; pero ha–
biendo éste abusado de su libertad, é incurrido por su
desobed iencia en desgracia de Dios, y hecho incurrirá to–
da su po ~ te r idad , perdió para sí y para sus descendientes
todos los derechos que la justicia original le daba á la fe–
licidad: quedó esclavo del demonio, sumergido en este
abi mo sin fo ndo de miserias , que son los tristes efectos
del pecado original; y atraxo este diluvio de males que ha·
inundado toda la tierra.. ·
Dfos, que desde·su eternidad babia .previsto esta in–
feliz caída, babia igualmente resuelto desde su eternidad
repararla de un modo conveniente á su bondad y á su
grandeza; pero como ninguna pura criatura, por perfecta
que fuese, podia plenamente satisfacer á la justicia .divi–
na por la infinita desproporcion que hay entre la satis–
faccion siempre limitada de una pura criatura, y la ma-
- gestad infinita de un Dios ofendido; este Padre de las mi–
sericordias resolvió la encarnacion de la segunda persona
de la adorable Trinidad; es decir, del Verbo eterno, el
cual, haciéndose carne, venia á ser Dios y hombre á'un
mismo tiempo, y estaba con proporcion y en estado de
satisfacer como hombre, y de sati facer plena ' y digna–
·1nente como Hombre-Dios que erajuntamente.
Siendo este misterio tan sobre las luces y capacidad
del espíritu humano, era necesario hacerle accesible y
creíble por medio de pruebas y señales sensibles, y- pro–
porcionadas á la capacidad del espíritu de los hombres:
hízolo Dios esto. Como la. profecía es todos los sig–
nos sensibles el que lleva mas .visiblemente en sí un ca–
Tácter de verdad, y el que da 1nas golpe, se sirvió Dios
de élla para domesticar, digámoslo así, el espíritu huma–
·no, y hacerle creíble lo que le era incom-prensible; y no
·contento ·con esto, por una sobreabundancia de conven–
cimien"fo, se dignó añadir á la prediccion la prueba de los
milagros, que son otro medio seguro~y sensible para hacer