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PRÓLOGO.
Despues d€ haber dado al Público las vidas de
los Santos, era indispensable dar la del Santo de _
los santos Jesucristo , y
l~
de la Reyna de los
santos la santísima Vírgen.
Como un compendio demasiado conciso des–
agrada por lo comun, y una historia demasiado
larga, fatiga ; se ha procurado evitar en esta o- ·
bra entrámbos extremos. Habiéndonos dexado los
cuatro Evangelistas una relacion precisa y natu–
ral de los misterios y de las principales acciones
del Salvador y de su madre la santísima Vírgen-,
no nos ha parecido conveniente seguir otras guias:
lo que hemos procurado ha sido reunir en un
cuerpo de historia lo que se halla separado en
todos estos historiadores sagrados ,
é
imitar la
noble sencillez de su estilo.
Nos he1nos valido de las luces de los mas sa...
bios intérpretes para hacer fácil y acomodado
á
la capacidad de todos lo que hay de mas miste–
rioso
y
mas sublime en la vida de este Hombre–
Dios ; y sin salir del carácter histórico , hemos
acompañado la narracion de los hechos con algu...
nas cortas reflexiones dogmáticas
y
morales. No